El inesperado fallecimiento del guardia civil Bernardino Coto Carmona esta semana en su vivienda del pueblo de La Santa (municipio de Tinajo), en Lanzarote, ha causado una enorme conmoción entre sus familiares, amigos y compañeros de la Benemérita. Se le conocía por Coto y tenía 58 años, comentan vecinos de La Santa. Según los primeros indicios falleció por muerte natural.
Un vecino lo encontró sin vida en su domicilio el pasado miércoles, 12 de julio, después de que no respondiera a las llamadas telefónicas de su pareja, que estaba fuera de la Isla.
Bernardino se encontraba en la reserva desde hacía varios meses y su último destino fue en el Aeropuerto César Manrique-Lanzarote.
Una persona "muy querida"
Nacido en la Península, era muy querido en el pueblo de La Santa, donde los residentes destacan su amabilidad, y entre sus compañeros. “Tenía muy buena relación con todo el mundo. Nadie hablaba mal de él”, aseguran. Lo recuerdan paseando con su perro, un galgo, y cogiendo olas en La Santa, afición a la que pensaba dedicarle más tiempo tras su jubilación.
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