La escritora Lana Corujo, sobre su primera novela: "No concibo crear sin que Lanzarote me atraviese"

La narración "juega mucho con nuestro imaginario personal y la experiencia de habitar la isla. De sentirla a veces asfixiante a querer volver. Todo se puede reflejar en la novela"

2 de febrero de 2025 (16:38 WET)
La escritora e ilustradora lanzaroteña Lana Corujo. Foto: Carlos Reyes.
La escritora e ilustradora lanzaroteña Lana Corujo. Foto: Carlos Reyes.

La escritora e ilustradora lanzaroteña Lana Corujo (San Bartolomé, 1995) ha debutado como novelista con su primera obra narrativa Han cantado bingo, inspirada irremediablemente en los paisajes de Lanzarote y que hace un repaso por los "temas más oscuros" de la infancia. La historia transcurre plagada de amor por su dialecto natal, el español de Canarias.

Para embarcarse en la publicación de la novela, Lana Corujo confiesa que ha tenido que "romper con el miedo y las inseguridades" que la atraviesan. Su personalidad introvertida y su amor por la lectura la llevaron a encontrar en la escritura un espacio donde no temía mostrar su voz. "He tenido que domesticar esos miedos, el vértigo, dejar de ser esa niña a la que le da vergüenza levantar la mano en clase y que el resto escuche su voz", resalta.

Lana Corujo no se dio cuenta de que quería dedicar en serio a escribir hasta la pandemia, aunque ya de adolescente compartía semanalmente sus escritos con una comunidad de blogger "muy bonita". Estas publicaciones en internet le dieron el impulso para combatir su timidez y empezar a creer que lo que hacía podía llegar a otras personas. Esta obra narrativa, Han cantado bingo (2025) ve la luz después de la publicación de sus dos poemarios Ropavieja (2021) y Nueve dos ocho (2022).  

Su amor por la poesía y la narrativa se combina con su formación como artista gráfica. Para formarse como ilustradora, Corujo tuvo que dejar la isla a los dieciocho años y marchar a formarse a Madrid y Francia. Trató de estudiar Ilustración en la Escuela de Arte Pancho Lasso, pero en aquel entonces se daba de forma intermitente "un año sí y un año no",  así que cuando ella quería empezar, el centro ofrecía el segundo año y terminó teniendo que abandonar la isla. "Irse debería ser una opción más, no la única", defiende. La escritora apuesta por que exista más "infraestructuras educativas" en Lanzarote, con más facultades que concentren diferentes especialidades. 

La autora describe la escritura de esta primera novela como "muy saltarina", donde los capítulos van pasando al mismo tiempo que las edades de las protagonistas. El germen de la publicación, que narra la historia de dos hermanas y un juego, surgió hace muchos años, aunque no fue hasta una conversación con sus amigas hace dos que comenzó a visualizarlo con más detalle. "Iba escribiéndola a saltos. Escribir una novela es un trabajo titánico", comenta la lanzaroteña que, como muchos otros artistas, se topó con la dicotomía de dedicar tiempo a su pasión, mientras debía mantener la labor que le "daba de comer". 

En sus páginas es indudable entrever la influencia que tuvo haber crecido en la isla de los volcanes. En este sentido, defiende que esta narración "juega mucho con nuestro imaginario personal y la experiencia de habitar la isla. De sentirla a veces asfixiante a querer volver. Todo se puede reflejar en la novela".

Asimismo, también juega a "desromantizar" la infancia, a través de las vivencias de la protagonista. "Ella sigue creciendo, sumando edades, pero la infancia es una consecuencia en nuestra vida y no solo un apartado". 

"No concibo crear sin que Lanzarote me atraviese de una u otra manera. A veces aparece más escondida y otras como mucho más evidente, como sucede en la novela", confiesa. A pesar de ser un texto de ficción, Han cantado bingo bebe de los paisajes de Lanzarote, donde crea "un escenario de terror" usando "la idea de los volcanes como algo que también da miedo".

"Me gustaría que el paisaje de Lanzarote siempre se respetase y se cuidase", señala la novelista. Sobre su amor por la isla, Lana Corujo defiende la importancia de preservar el entorno natural de la isla de los volcanes y de cuidar los espacios para evitar la masificación que está azotando a zonas como el Volcán del Cuervo. 

"Yo no niego que Lanzarote se pueda visitar y que podamos enriquecernos de los que vienen de fuera para ver esta maravilla, pero creo que también hay que saber cuidarlo porque si no lo podemos perder y me daría mucha pena que eso ocurriese", concluye. 

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