“Mi familia está en estado de pánico. Todos están aterrorizados”, asegura Elena Svyeshikova, ucraniana que reside desde hace casi 15 años en Lanzarote y sigue muy de cerca la última hora de las noticias que llegan desde su país. Sus allegados residen en Leópolis, una ciudad ubicada en el oeste de Ucrania, a unos 70 kilómetros de la frontera con Polonia.
En Leópolis se refugian estos días diplomáticos para tratar de estar a salvo de la invasión y hasta allí ha trasladado también la OTAN parte de su personal de la oficina de Kiev.
“El bombardeo más cercano se produjo a unos 200 kilómetros de Leópolis”, asegura con preocupación Elena, que tiene viviendo allí a varios de sus primos. "Aunque en Leópolis no se escuchan las bombas, el pánico es tan grande que las tiendas están llenas de gente comprando comida y sacando cosas de los negocios corriendo, echando gasolina en los coches..."
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