Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental que se conmemora este lunes, ACAIP-UGT ha vuelto a denunciar la falta de medios en la cárcel de Tahiche, también en relación a este problema. “En la prisión lanzaroteña, a lo largo del año ha habido dos suicidios: uno de ellos tuvo lugar en el mes de septiembre y el otro hace apenas diez días”, advierten los sindicatos, que afirman que hay un “déficit de personal sanitario”. En concreto, sostienen que “de 14 profesionales que deberían trabajar en dicha prisión, en la actualidad solamente están cubiertas 6 plazas por personal de carrera”.
“El 30% de la población reclusa refiere que está actualmente en tratamiento con medicación psiquiátrica y más del 20% ha intentado de alguna forma quitarse la vida. No hay que olvidar que la tasa de suicidio en prisión es 8 veces más alta que la de la población en general, siendo la enfermedad mental la causa que hay detrás de muchas de estas muertes”, advierte el sindicato mayoritario.
En un comunicado, ACAIP-UGT insiste en el “grave problema” que suponen las patologías psiquiátricas en los centros penitenciarios de toda España. “En el año 2020, último año del que se tienen registros, Instituciones Penitenciarias reconoce que 7.432 internos causaron alta en las enfermerías de los centros penitenciarios por patologías psiquiátricas, el 41,6 % del total”, subraya.
“La enfermedad mental en prisión es uno de los graves problemas a los que se enfrenta la institución. Con un déficit de médicos que en el mes de septiembre alcanzó el 61% a nivel nacional, es imposible dispensar una atención adecuada, detectar problemas con la medicación e incluso la prevención de brotes que deriven problemas regimentales y agresiones a otros reclusos o trabajadores. Se debe tener en cuenta que muchos de estos internos se encuentran en los módulos ordinarios, donde existe un déficit de personal importante y una elevada media de edad que impide prestar un servicio adecuado”, añade.
Además, explica que “el sistema penitenciario cuenta únicamente con dos hospitales psiquiátricos dedicados al cumplimiento de medidas de seguridad privativas de libertad impuestas judicialmente” que, “en consecuencia, no actúan como hospitales de referencia para la atención psiquiátrica estrictamente hablando, por lo que la esta se realiza en las enfermerías y módulos de los centros penitenciarios, que no disponen de medios, en un entorno en el que el 5% de la población reclusa son enfermos mentales graves y crónicos”.
“La salud mental es una de las asignaturas pendientes de nuestra sociedad, que en prisión se ve potenciada por las especiales circunstancias que se derivan de vivir en un entorno cerrado y las propias características de las personas privadas de libertad, articulándose como un factor estresante y un posible percutor de una enfermedad mental latente. Por lo que la prevención, detección y tratamiento es vital para evitar autolesiones, e incidentes regimentales. Con el déficit de la sanidad penitenciaria es imposible cubrir con garantías esta necesidad”, cuestiona ACAIP.
“No es solo una cuestión de atención médica, se trata de la más elemental asistencia y de no establecer una doble pena a quienes se encuentran privados de libertad, sin obviar la grave alteración del orden y los problemas de seguridad que genera en los centros penitenciarios la falta de atención sanitaria”, advierte.