Los conductores de Jeeps que pasean turistas en la isla de La Graciosa están "desesperados y preocupados por el descontrol que hay con su actividad".
"No se ha llegado a regular nada", nos dice uno de los tantos trabajadores. Se quejan del "gran descontrol" que existe dado que "ha llegado gente nueva a la isla" dedicada a "meter coches, taxis, etc.". "Más de 50 coches" son los que operan en la isla. Una cifra desorbitada teniendo en cuenta que "muchas personas solo vivimos de esto" y comienza a "no haber trabajo para todos", relata uno de los dueños "muy fastidiado".
"Nos exigen tener 5 años de residencia y vemos gente sin ella conduciendo coches"
"Aún teniendo todos los papeles en regla", el Ayuntamiento "no nos ha dado ninguna licencia", reconoce. "Siendo nativo de aquí", en ocasiones "he tenido muchos problemas para meter un coche", confiesa. El requisito para poder operar en La Graciosa es "tener mínimo 5 años de residencia" algo que les indigna cuando ven "gente que no es residente conduciendo los coches".
Tras varios años de intentos por "buscar una solución" a este asunto de gravedad que "no es de ahora", el Cabildo de Lanzarote sigue sin darles respuestas: "entré en 2016 y al poco nos reunimos con el Ayuntamiento", algo que no funcionó dado que "llegamos a firmar pero no se ha hecho nada", recuerda este empresario.
Pedimos que "nos den una tarjeta de transporte" y "pongan una ordenanza" para que "esto no se vaya más de las manos".
"Empezamos con 15 vehículos solamente y ahora hay más de 50"
La situación es "crítica, empezamos con 15 vehículos solamente", cuenta otro trabajador. "Se están cargando la isla", "si sigue así en un año no habrá por dónde cogerla", lamenta otro.
Critican también a los pasajeros: "gente tomada y bajo los efectos de estupefacientes", algo que supone "una mala imagen" para este paraje natural. Un hecho que "le duele" por su hermandad con la isla: "hemos pasado toda la infancia jugando aquí y se la están cargando", comenta indignado.
Desean "volver a estar como antiguamente" y le lanzan al Ayuntamiento, Cabildo y al Gobierno de Canarias "una voz de socorro". Uno de ellos reconoce haber hablado con Rita Hernández, candidata a la alcaldía de Teguise, para buscar un remedio y "me ha dicho que ya me llamaría", confiesa.
