El suceso, en el que un hombre fue rescatado en Arrecife al quedarse atrapado en el interior de uno de los tanques de una depuradora de agua, ha sorprendido a los lanzaroteños. Como ya publicó La Voz el pasado viernes, el hombre, que estuvo intentando mantenerse a flote durante casi cinco horas aferrado a un tubo de plástico, fue trasladado al Molina Orosa con signos de hipotermia, debilidad y dificultad para comunicarse.
Uno de los agentes del Grupo Operativo de Atención Ciudadana, Dimas Manuel Vaquero, ha relatado este lunes y durante una entrevista en Radio Lanzarote-Onda Cero, el aparatoso rescate en el que tuvieron que colaborar varios agentes de la policía capitalina. Sobre el mediodía del viernes, fue el guardia de seguridad de Decathlon el que realizó el aviso al escuchar "voces de auxilio". "Fue una llamada extraña, nos comentó que escuchaba a alguien pedir ayuda", ha comentado el agente.
Seguidamente, tres de los agentes se trasladaron rápidamente a la zona, momento en el que recuerda que estaban "expectantes". No lograban entender qué es lo que estaba pasando, teniendo en cuenta que el depósito estaba cerrado al público. "Acudimos con una extraña sensación, ya que la depuradora es un sitio cerrado y al que no accede nadie", ha recordado Dimas.
En un primer momento, sobre las 17.51 horas, accedieron al depósito saltando un vallado, cuando se dispusieron a revisar los cinco tanques que había en el interior. "Al llegar no escuchábamos nada, pero después de subir a cada depósito, logramos ver al afectado", ha añadido. Una situación que "no esperaban" encontrarse al recorrer el recinto. "El hombre estaba encaramado a un lateral del depósito. Gracias a dios que tenía el tubo de plástico a mano y se pudo agarrar", ha destacado.
El hombre de 29 años se encontraba "muy cansado" tras las cinco horas que tuvo que permanecer dentro del tanque. "Estuvo desde la una de la tarde ahí metido", ha puntualizado. Los agentes le encontraron en un estado de hipotermia grave. "Estaba cansado, su voz se escuchaba a duras penas y tenía los ojos enrojecidos", ha añadido.
El joven utilizó la astucia para lograr salvarse y proteger su vida durante horas. Al no hacer pie en el agua, optó por "sujetarse a la pared con una soga y un tubo de plástico" y "quitarse la ropa" que llevaba puesta, con el objetivo de mantenerse a flote. "Estaba desnudo para no hundirse más con el peso", ha revelado Dimas.
Los agentes tuvieron que maniobrar de forma rápida para sacar al accidentado del interior del tanque. "Con el mismo tubo al que estaba agarrado, los tres agentes conseguimos empujarlo al exterior", ha revelado. Tras salir del agua, tuvo que ser atendido por la Policía. "Lo tapamos como pudimos hasta la llegada de la asistencia", ha añadido.
La "buena coordinación" entre los agentes fue la que hizo que el rescate fuese un éxito. "Los compañeros que no llegaron a entrar en el depósito fueron los que llamaron a los servicios sanitarios", ha apuntado. Una asistencia que fue crucial para salvar la vida del extranjero residente en Lanzarote, que había entrado en el depósito a hacer fotografías a unas aves.
El agente ha reconocido la fuerza mental y física que tuvo el joven. "Después de todo, el chico lo luchó bien". Al verse sumergido en el agua y en la soledad del momento, el hombre "vio el cielo abierto" al ser rescatado, ha concluido el agente.
