Álvaro Jiménez y Laura Ramírez, creadores digitales: "Implica mucho más de lo que se ve en redes"

Ambos influencers lanzaroteños han conseguido vivir de una de las nuevas profesiones derivadas de las redes sociales que muchos no consideran un "trabajo real" pero que conlleva una gran dedicación en marketing, edición digital o planificación

18 de enero de 2025 (09:10 CET)
Álvaro Jiménez y Laura Ramírez, influencers lanzaroteños
Álvaro Jiménez y Laura Ramírez, influencers lanzaroteños

La llegada del siglo XXI y con él, las redes sociales ha hecho que la profesión de creador digital, o más conocida como influencer, se convierta en una de las nuevas profesiones en proliferación y mejor pagadas, pero también en una de las más criticadas por muchos por "no considerarlo un trabajo". 

Su trabajo se centra principalmente en trabajar con marcas para conseguir un beneficio mutuo. También, el contenido que suben de forma diaria es muy importante porque deben entretener y "alimentar" a sus seguidores para conseguir que se queden y así sumar más.

Lanzarote también cuenta con algunos influencers con los que La Voz ha hablado para conocer más de cerca esta profesión con tantos amantes y haters a partes iguales. Álvaro Jiménez (@alv_jimenez) tiene 31 años y es de Tahíche aunque actualmente reside en la isla de Tenerife. El joven cuenta actualmente con más de 22.000 seguidores en Instagram y su andadura comenzó en 2012 con un blog de moda y utilizaba las redes sociales, que en aquel momento no tenían tanto impacto, para dar visibilidad a las publicaciones.

"En el año 2019, ya habiendo tenido una experiencia de redes sociales y habiendo trabajado en redes sociales y colaborado con marcas, decidí profesionalizarlo y estudiarlo, y después de trabajar durante tres años en marketing, fundé la agencia que tengo a día de hoy", cuenta Jiménez. Se trata de una agencia de marketing digital y representación de influencers en Canarias.

Otra de las grandes influencers lanzaroteñas es Laura Ramírez (@depetitsmoments), que cuenta con casi 100.000 seguidores en Instagram. Nacida en Arrecife hace 32 años, también comenzó con un blog de moda donde compartía los looks que ella misma creaba y donde hablaba de tendencias de moda. "Luego vinculé el blog a Instagram donde mostraba mi día a día y poco a poco empecé a notar interacciones y comencé a compartir consejos", cuenta Ramírez. 

La influencer, además de trabajar con la creación de contenido, también lo hace en la empresa familiar dedicada al sector de la construcción. Por si no fuera poco, también tiene su propia tienda de ropa, un proyecto que lanzó hace un año y medio. 

Laura Ramírez (@depetitsmoments)
Laura Ramírez (@depetitsmoments)

 

Cómo se desarrolla el trabajo de un influencer

Según cuenta Álvaro Jiménez, "el 90% del contenido suele ser orgánico, que quiere decir que no nos pagan por ello sino que necesitamos mantenerlos y estar activos constantemente para que nuestras estadísticas y nuestra comunidad permanezca activa". A partir de ahí es cuando las marcas contactan a los creadores de contenido para trabajar porque lo que buscan es que el cliente tenga impacto en redes. 

El trabajo que hay detrás es más laborioso de lo que pueda parecer porque no se trata solamente de subir un vídeo y ya está. "Detrás hay un trabajo de negociación y de comunicación con la empresa y de un cierre de las condiciones, qué es lo que se quiere comunicar de la campaña o cuál es la línea de comunicación", explica el influencer.

"Una vez establecido lo anterior, cuando nosotros procedemos a la parte creativa y una vez ya tengamos esto aprobado es cuando procedemos a la grabación, edición y validación del contenido y, si lo requiere, a hacer ciertas modificaciones", continúa. 

Sin embargo, el trabajo no acaba aquí porque tras la publicación del contenido se entrega a la empresa que se publicita una especie de informe con las estadísticas, es decir, el impacto que ha tenido el contenido en redes.

Esta profesión conlleva gestionar muchas aristas, por lo que la carga de trabajo puede ser grande, como le ocurre a Laura Ramírez. "Mi día comienza a las siete y media de la mañana porque entro a trabajar en la empresa familiar y luego cuando salgo voy a mi tienda, donde creo contenido y organizo los pedidos a proveedores y, entre medias, le dedico tiempo a Instagram", cuenta. 

 

El impacto más que el número de seguidores

Lo que realmente le importa a la marca son las estadísticas, el número de visitas y el alcance que ha tenido la publicación. Por ello, existen influencers que no tienen demasiados seguidores pero que las marcas seleccionan para colaborar. 

"Hay influencers con 15.000 seguidores que pueden llegar a estar monetizando mejor sus redes sociales que perfiles que tienen 50.000 porque no tienen bien planteadas las estrategias de contenido o porque simplemente las comunidades que tienen no son monetizables porque le siguen por otras razones", indica. 

"Actualmente te podría decir que menos del 10% de los creadores de contenido viven exclusivamente de redes sociales, por lo menos en Canarias, porque es como una industria aparte", declara Jiménez. 

En base a su experiencia con su empresa, explica que "todavía hay muchas marcas, sobre todo en Canarias, que son un poco reacias a este tipo de de soportes pero por suerte, cada año sumamos más clientes". La restauración, la moda, las agencias de viajes, las bodegas o la cosmética son algunos de los sectores que más demandan este servicio en redes. 

Las marcas son la que contactan con los creadores de contenido para realizar las colaboraciones y en el caso de Laura Ramírez, solo trabaja con marcas "con las que se identifica" y con las que se sienta "representada por sus valores". "Lo que busco es que la colaboración sea auténtica y aporte cierto valor a mi comunidad", señala. Para ello cuenta con la ayuda de Tangente Digital, la agencia de Álvaro Jiménez. 

Álvaro Jiménez (@alv_jimenez)
Álvaro Jiménez (@alv_jimenez)

 

Un trabajo sin vacaciones

Aunque no es un trabajo duro, ser creador digital requiere ser constante en redes sociales y actualizar el contenido diariamente para poder mantener a los seguidores y aumentarlos. "Las vacaciones como tal yo no las conozco desde hace casi tres años desde que decidí emprender, por lo que vacaciones como tal de estar más de dos días desconectado al cien por cien es imposible", señala el lanzaroteño.

Sin embargo, la parte más cómoda de este trabajo es que puede llevárselo a cualquier parte. "Puedo trabajar desde cualquier sitio y tengo una capacidad de organización que solo depende de mí", expresa.

"Es un ritmo bastante intenso pero con organización y pasión se puede llevar todo y, aunque es agotador, también es muy gratificante ver cómo ese esfuerzo da sus frutos", asegura la influencer. Además, la joven cuenta con la ayuda de su pareja, tanto en la tienda como en la gestión de Instagram

En cuanto a las opiniones de muchos sobre que esta profesión no es un trabajo como tal, Jiménez responde que "es un trabajo muy privilegiado y está muy bien remunerado pero no hay que demonizarlo ni tampoco endiosarlo ni romantizarlo porque no deja de ser un trabajo súper privilegiado pero no es oro todo lo que reluce".

En este aspecto, Laura Ramírez opina que "entiendo que desde fuera pueda parecer que no es un trabajo tradicional porque es algo nuevo pero ser creador de contenido implica mucho más de lo que se ve en redes sociales y es una profesión que requiere tiempo y dedicación porque detrás de cada foto, vídeo o campaña hay horas de planificación, producción, edición, negociaciones con las marcas y demás".

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