Transición y Cabildo censan 75.000 palmeras para determinar la afección de la Diocalandra en Lanzarote

Estas afecciones provocan clorosis y caída prematura de las hojas de las palmeras. Además, los haces vasculares pueden verse afectados dando lugar a graves daños en estos árboles

9 de enero de 2025 (14:49 CET)
Mariano H. Zapata, consejero de Transición Ecológica
Mariano H. Zapata, consejero de Transición Ecológica

La consejería de Transición Ecológica y Energía del Gobierno de Canarias y el Cabildo de Lanzarote, continúan trabajando en la ejecución de un proyecto integral para abordar de forma efectiva la plaga de la Diocalandra frumenti en el palmeral de Lanzarote, que cuenta con un presupuesto de 2 millones de euros

El consejero de Transición Ecológica, Mariano Hernández Zapata, durante su visita a la isla conejera para comprobar el avance de los trabajos implementados, explicó que a través de este proyecto de Control y Erradicación de la Diocalandra frumenti se “ha pretendido frenar la expansión de este insecto que está dañando de forma considerable al palmeral de la isla, buscando incrementar la zona libre de plaga y establecer medidas fitosanitarias que eviten la reinfección”. 

De esta forma, afirmó que ya se ha llevado a cabo “la inspección y el censo de 75.000 palmeras para determinar el grado de afección y valorar el tratamiento a recibir”, explicando que los trabajos comenzaron en Haría, por ser la zona de menor incidencia de la plaga, y han ido avanzando por todos los municipios de la isla hasta llegar a Yaiza a finales de 2024, donde aún continúan los trabajos”. En este sentido, detalló que “los municipios con mayor afectación son Teguise, San Bartolomé, Tías y Yaiza, con un 42% del palmeral afectado”.

Por su parte, el vicepresidente del Cabildo de Lanzarote, Jacobo Medina, explicó que los trabajos de tratamientos fitosanitarios, se han realizado casi en su totalidad “a través de la técnica de endoterapia a un total de 2.010 palmeras”, afirmando que sólo a aquellos ejemplares que por sus características morfológicas no admiten la técnica de endoterapia, se les ha aplicado tratamiento por pulverización” especialmente, en los municipios de Haría, Teguise y San Bartolomé.

Asimismo, otra acción destacada dentro del proyecto ha sido la implantación de “una red de trampeo para monitorear palmeras sospechosas que no mostraban síntomas evidentes de presencia de plaga y, por otro, proceder a la captura masiva de adultos”. Asimismo, “se han colocado trampas en palmeras que han sido tratadas previamente, para poder evaluar la eficacia de estos tratamientos fitosanitarios”, aseguró el consejero, que explicó.

Actualmente, las trampas se encuentran estratégicamente colocadas en palmeras del municipio de Haría, pero pronto se establecerán redes en palmeras ubicadas en otros municipios de la isla.

En esta misma línea, Mariano H. Zapata hizo balance tras el primer año de gestión, destacando que uno de los pilares del proyecto “reside en la formación y divulgación, con la puesta en marcha de cinco sesiones formativas para personal vinculado a la gestión de palmeras”. Una acción a la que se suma la actualización de contenidos y conocimientos prácticos básicos sobre esta plaga en un tríptico que próximamente estará disponible de formato digital y papel para las personas interesadas. 

 

La amenaza de la Diocalandra frumenti

La palmera canaria forma parte, tanto del paisaje como de la economía del sector agrícola. También se usa como planta ornamental en la artesanía para la elaboración de cesterías, o con fines culinarios, como la obtención de la miel de palma y el guarapo, por lo que su cuidado es fundamental en todos los aspectos, y es considerada como un símbolo vegetal de nuestra Comunidad Autónoma.

La Diocalandra frumenti, localizada en 1988 en Maspalomas, se ha ido extendiendo por los palmerales de Canarias y sus daños se producen por la función que las larvas realizan al alimentarse de la palmera, perforando galerías en raíces, pecíolos (raquis) de las hojas, inflorescencias y frutas e, incluso, en el estípite o fuste. 

Estas afecciones provocan clorosis y caída prematura de las hojas de las palmeras. Además, los haces vasculares pueden verse afectados dando lugar a graves daños en las palmeras.

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