Fotos: Sergio Betancort
El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, y el presidente de Patrimonio Nacional, Alfredo Pérez de Armiñán y de la Serna, han suscrito un convenio de colaboración por el que, "por expreso deseo de Su Majestad El Rey", la Residencia Real de "La Mareta" estará "al servicio de los intereses turísticos de España".
Tras la firma de este acuerdo, Patrimonio Nacional "facilita la utilización de la Residencia Real para la promoción y la defensa de los intereses turísticos de nuestro país". Así, se podrá usar "para el establecimiento o refuerzo de lazos bilaterales o multilaterales con otros países u organizaciones en materia turística".
La Secretaría de Estado de Turismo compensará a Patrimonio Nacional por los días de utilización y en concepto de costes estimados de suministros, servicios y medios propios, en tanto que procederá a la contratación directa de los servicios específicos necesarios para la realización de los distintos actos.
Patrimonio Nacional, que gestiona la Residencia, tomará las medidas oportunas para que "La Mareta" sea apta para la preparación y desarrollo de los actos propuestos, y supervisará y autorizará tanto las instalaciones finales que se requieran como los aforos que se establezcan. El convenio, además, contempla la posibilidad de que se adhieran otras instituciones estatales, como el Gobierno de Canarias, que ya ha manifestado su voluntad de suscribirlo.
Del Rey de Jordania a Patrimonio Nacional
"La Mareta", emplazada en la localidad turística de Costa Teguise, fue construida por voluntad del rey Hussein de Jordania a finales de los años 70 y proyectada por el artista César Manrique. Cedida al Rey de España el 22 de junio de 1989, se incorporó a Patrimonio Nacional el 18 de julio de ese mismo año en aplicación de la Ley que regula las donaciones al Estado a través del Rey.
La residencia debe su nombre a la preexistencia de un aljibe excavado en el suelo y ocupa una extensión de terreno de 30.900 metros cuadrados. Está formada por un conjunto de edificaciones de una y dos plantas de altura con una superficie construida total de 1.900 metros cuadrados, que reinterpreta la arquitectura tradicional canaria: paredes blancas y techos planos, con remates de chimenea adornados con decoraciones en forma de cúpula.
También presenta referencias de la arquitectura colonial que se aprecian en sus balcones o miradores de madera. Las carpinterías exteriores contrastan por su color verde. Las edificaciones se unen mediante espacios ajardinados que totalizan una superficie de 9.850 metros cuadrados.