Sin haberse celebrado aún las manifestaciones simultáneas en seis de las ocho islas de Canarias para el 20 de abril en demanda de un cambio en el modelo de turismo masivo, solamente su convocatoria ha obligado a cambiar de agenda a la clase política, que ha situado en el centro del debate una de las reivindicaciones, la tasa turística.
Esta movilización popular, que se prevé concurrida y que se ha gestado entre colectivos ecologistas y ciudadanos al margen de todos los partidos políticos, no demanda solo una ecotasa, sino un cambio profundo en el modelo turístico que empiece por la conservación de los espacios naturales, una moratoria turística y del alquiler vacacional y la regulación de la compra de vivienda por extranjeros. Pero ha sido la tasa turística lo que los partidos han situado en el centro del debate.
La tasa turística o ecotasa es un cargo por pernoctación que se aplicaría a las personas que se alojan en los establecimientos turísticos y cuya recaudación se destinaría a conservación del medioambiente, infraestructuras turísticas o sostenibilidad, para compensar el impacto social y ecológico de los más de 16 millones anuales de visitantes en Canarias.
De la ecotasa se ha hablado en Canarias desde hace lustros, un debate impulsado primero por Nueva Canarias y después también por Sí Podemos, pero la tradicional oposición de CC, PP y PSOE y de los empresarios hoteleros ha impedido que fuera más allá de propuestas aisladas, sin que se hayan realizado estudios ni evaluaciones sobre los efectos de su eventual implantación.
El pragmático giro en el debate político ha sido paralelo a un cambio radical en el lenguaje con el que el Gobierno de Canarias y los empresarios se han referido a los colectivos convocantes.
En cuestión de días, las manifestaciones han pasado de ser un peligroso ejército de turismofóbicos que podría asustar a los clientes de los mercados europeos a "una oportunidad" para "reflexionar" sobre el modelo turístico canario, como ha concedido el presidente autonómico, Fernando Clavijo.
En el debate de la ecotasa, lo que tienen en común el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Coalición Canaria (CC), Partido Popular (PP), Nueva Canarias (NC), Agrupación Socialista Gomera (ASG) y Sí Podemos Canarias (SPC) es que todos han gobernado y ninguno la ha implantado.
Eso mismo tienen en común los dos últimos gobiernos de Canarias, el del pacto de progreso de la pasada legislatura (PSOE, NC, SPC y ASG) y el de centro derecha de la actual (CC, PP y ASG, con el añadido de AHI, aliado herreño de Coalición Canaria): ninguno ha estado por implantar la ecotasa.
A partir de ahí, a la ola de las movilizaciones populares, aparentemente algunos se mueven más que otros.
Coalición Canaria siempre se ha opuesto a la ecotasa, pero la novedad es que ahora su líder y presidente del Gobierno autonómico, Fernando Clavijo, ha dicho que "no está cerrado" a hablar del asunto. No parece mucho, pero es que su socio principal, el vicepresidente del ejecutivo, Manuel Domínguez, líder del PP de Canarias, ha dejado claro que "no habrá tasa turística" y que su partido mantiene la misma postura en la oposición y en el gobierno.
En cuanto al PSOE de Ángel Víctor Torres, anterior presidente de Canarias, lo más lejos que había llegado era a comprometerse a "estudiar" junto al sector turístico la posibilidad de implantar una ecotasa, estudio que nunca hizo.
Ahora, desde la oposición y tras la movilización social, los socialistas han presentado una iniciativa en el Parlamento en la que pide al Gobierno de Canarias no que estudie la tasa turística, sino que apruebe un decreto y la aplique.
Nueva Canarias y Sí Podemos no han cambiado, siempre han estado a favor de la tasa turística, aunque han puesto más o menos énfasis en promoverla en función de los pactos alcanzados para gobernar.
En cuanto a ASG, liderada por el presidente del Cabildo de La Gomera Casimiro Curbelo, siempre ha estado en contra de la tasa turística, y de hecho era una de sus líneas rojas. Ahora, Casimiro Curbelo dice que, "visto el panorama", está "dispuesto a debatir".
La razón recurrente para rechazar la ecotasa en el último decenio casi siempre ha sido la misma: "no es el momento"; cuando la economía va mal porque no hay que poner cargas adicionales al sector y cuando la economía va bien porque no hay que restarle competitividad.
El gobierno del pacto de progreso de 2019 a 2023, a cuyo frente estaba Ángel Víctor Torres, no avanzó en la tasa turística porque "no es el momento", a pesar de que los dos principales defensores de la medida participaban en el ejecutivo.
Es la misma razón que había dado Paulino Rivero (CC) unos años antes, en 2014, cuando dijo: es una posibilidad interesante pero "no es el momento". Su sucesor como presidente, Fernando Clavijo también rechazó la tasa turística en 2015 a la vez que proponía un debate sobre el futuro del modelo turístico, debate que ha vuelto a anunciar en 2024.
Nueva Canarias siempre se distinguió por demandar con insistencia esa tasa turística frente al rechazo de CC, PP, PSOE, ASG y la patronal hotelera.
Con la llegada de Podemos al Parlamento de Canarias en 2015, Nueva Canarias se vio acompañada en esta reivindicación, pero el Gobierno canario (CC y PSOE primero y luego CC en solitario) seguía rechazándola pese al buen momento del turismo canario (que había pasado de ser el 25% del PIB regional al 35% en seis años).
Así, cuando se reprodujo el debate en 2017 la respuesta del Gobierno de Canarias fue que no se podía introducir una tasa turística aunque la economía fuera bien porque "no se sabe cuánto va a durar la coyuntura".
Un año después, en 2018, el PSOE, tras la ruptura del pacto con CC en el Gobierno regional y pasar a la oposición, cambió de opinión, lo que dio la oportunidad a Nueva Canarias de volver a plantear el debate, pero CC se apoyó entonces en el PP y ASG para rechazar la tasa.
Precisamente PSOE, NC y Podemos defendieron la tasa turística en la campaña electoral que los llevó al gobierno de Canarias en 2019, pero nunca la implementaron. Compartieron gobierno con ASG, partido radicalmente opuesto a la ecotasa y al que precisamente se le encomendó la Consejería de Turismo.
En su discurso de investidura en julio de 2019, Ángel Víctor Torres rebajó su compromiso a "estudiar con el sector turístico" una ecotasa, un estudio del que no se supo más.
Finalmente, Ángel Víctor Torres, en octubre de 2019, tres meses después de su discurso de investidura y tres meses antes de que se conocieran los primeros casos de covid, ya lo dejó claro: hay otras urgencias y la tasa turística tendrá que esperar a "mejores momentos". El motivo esgrimido fue la quiebra del operador Thomas Cook.
Con la llegada de la pandemia, los partidos que habían defendido la tasa turística antes de llegar al gobierno pusieron sordina al debate en un contexto socioeconómico marcado por el cero turístico.
Cuando emergió el debate en noviembre de 2022, a seis meses de las elecciones, Sí Podemos exigió que sus compañeros de gobierno cumplir el compromiso de "estudiar" la implantación de la ecotasa, pero ya era tarde.
Tanto la consejera de Turismo (ASG) como el presidente (PSOE) dejaron claro que no lo harían: la primera porque ese asunto requiere de un debate sosegado alejado de periodos electorales y el segundo porque las "circunstancias sobrevenidas" obligaban a aplazar "el debate" con el sector a la siguiente legislatura.
Tras las elecciones, Fernando Clavijo alcanzó la presidencia con un pacto de CC, PP, ASG y AHI, los cuatro, sin fisuras, contrarios a la tasa turística.
De hecho, Fernando Clavijo y Casimiro Curbelo ya dejaron claro en septiembre pasado, al poco de empezar la legislatura, que no se implementaría esa ecotasa de la que ahora ambos están dispuestos a hablar y debatir, aunque su socio Manuel Domínguez mantiene que "no habrá tasa turística".
