Ecologistas en Acción ha exigido que se actúe “sin más dilación” para evitar “la continua vulneración de la legislación ambiental” que afirma que se está produciendo con determinadas pruebas deportivas, tanto en Lanzarote como en La Graciosa.
“Como Reserva de Biosfera y territorio diferenciado por su enorme patrimonio natural, debemos poner toda nuestra atención y esmero para que todas las actividades se desarrollen bajo unas condiciones específicas, prevaleciendo en todo caso la protección a los hábitats naturales, fauna y flora silvetres a cualquier evento, e imponiendo las administraciones estrictas medidas medioambientales que determinen las condiciones para llevarlas a cabo”, reclama la asociación.
Esas condiciones, considera que deberían establecerse “atendiendo a la capacidad, la intensidad y vulnerabilidad de las distintas zonas e, incluso, con las restricciones o prohibiciones necesarias, bien sea por época de nidificación, por erosión del terreno, por contaminación acústica, lumínica, migración marina, estrés en los peces y mamíferos o por cualquier otra circunstancia relevante para el medio natural”.
Además, subraya la necesidad de que también se vele por el cumplimiento de esas medidas, “realizando un seguimiento y control, a fin de asegurar una óptima interrelación con el medio natural”
Respecto a las entidades patrocinadoras, federaciones, clubes, público, participantes y voluntariado, desde Ecologistas en Acción señalan que “deben tomar conciencia y adquirir un compromiso real y efectivo hacia la problemática ambiental existente en las islas, erigiéndose en agentes activos, protegiendo y cuidando el medio, correspondiendo a las administraciones fomentar dicha sensibilización”.
Al respecto, puntualiza que aunque muchas de las practicas, como el senderismo, la carrera, la bicicleta, la vela, el ala delta o el windsufr, son “amables” con el medio ambiente, “si no se tiene en cuenta la época en la que se realizan, la intensidad y el lugar, pueden ocasionar un deterioro irreversible en la isla”, no ya “por la práctica en sí, sino por lo que genera la propia organización, ya que suele requerir de habilitación de aparcamientos, instalación de baños públicos, zonas de acceso, puntos de avituallamiento, acumulación de público en zonas sensibles, contenedores de residuos y participación de gran número de personas en los equipos organizativos”.
“Puede producir un rechazo en la población turística”
El colectivo ecologista, que ya hizo referencia a esta situación en las alegaciones al Plan de Ordenación de los Recursos Naturales que actualmente está en trámite, recuerda el “auge” que se ha vivido en los últimos años en la celebración de “eventos deportivos, recreativos o de aventuras, por tierra, mar o aire, muchos de ellos en espacios naturales” y “altamente sensibles, como la Geria, el jable, malpaíses, Famara o macizo de Famara”.
“Es evidente que dichos eventos atraen a un importante número de personas (deportistas, visitantes y acompañantes) que vienen cautivados, aparte de por las pruebas a desarrollar, por las cualidades paisajísticas y estéticas de estos entornos vulnerables, generando crecimiento económico en la sociedad. Sin embargo, no podemos permitir que se desarrollen sin las garantías necesarias para la conservación del medio natural y sin controlar su impacto”, subrayan, recordando que así lo establece la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
Además, advierten que lo contrario “puede producir un rechazo en la población turística que, en gran medida, demandan cada vez más un destino vacacional que sea respetuoso con el espacio natural y medioambientalmente sostenible”.
“En general, en los espacios naturales debe prevalecer el cuidado del medio natural sobre la demanda de cualquier actividad amenazante que altere el estado de conservación y, en tanto no se apruebe el PORN, se deben adoptar cuantas medidas de protección cautelar sean necesarias, en cumplimiento del artículo 23 de la citada ley, porque cabe el riesgo de revertirse todos los reconocimientos medioambientales que vienen disfrutando Lanzarote y La Graciosa”, reclama Ecologistas en Acción.
Del Ironman a los rallys o la Travesía a nado
La asociación enumera pruebas como el Rally Isla de Los Volcanes -que fue cancelado en su última edición y generó divisiones en el grupo de gobierno, con la ya exconsejera de Medio Ambiente, Elena Solís-, pero también la Travesía a nado El Río -que empezó con 50 participantes y en su última edición tuvo 675-; el Ironman -con 148 participantes iniciales frente a los 800 actuales-; el Desafío octava isla, la Wild Race Lanzarote, la Haría Extrem y la Wine Run.
Además, a esto suma la actividad de buggies y motos de agua, así como “distintos rodajes de películas, cortos, series, programas de televisión y reportajes publicitarios.”
“Otra cosa a tener en cuenta es la promoción de las mismas por el propio Cabildo de Lanzarote, que parece una invitación a las masas, totalmente contraria a los fines de preservación y cuidado de los espacios protegidos”, reprocha la asociación.
Al respecto, cita una publicación de la Corporación insular que señala que “en La Graciosa el deporte extremo y en la naturaleza ofrecen la opción de participar en un evento deportivo espectacular por su entorno, una isla única, patrimonio medioambiental, un espacio ecológico de gran interés científico por su vulcanología y paisajes”, donde “los participantes tienen la ocasión de competir rodeados de una riqueza biológica en especies endémicas, por dunas y playas de arenas doradas, llegando a meta al zoco de las construcciones y primitivas calles de jable”.