Lanzarote sufrió una anomalía climática de entre cinco y seis grados en marzo de este año. Según los datos recogidos por la Agencia Estatal de Metereología, tras vivir uno de los meses de febrero más fríos de su historia, Canarias registró en marzo uno de los periodos más cálidos del año.
Según el Avance Climatológico de Canarias de la Agencia Estatal de Metereología (Aemet), el pasado mes de marzo fue el más cálido desde 1961 y el quinto más seco desde ese año. "Para realizar este análisis hacemos uso de todas las estaciones geoestadísticas avanzadas que tenemos a disposición en el Archipiélago", explica el delegado de Aemet en Canarias, David Suárez.
En el caso particular de Lanzarote, las temperaturas diarias entre el 1 de marzo y el 1 de mayo han sufrido un incremento notable en comparación con las registradas en el periodo entre 1981 y 2010. Para hacer estas estimaciones climáticas, Suárez explica que deben tenerse en cuenta periodos de 30 años, puesto que de forma anual las temperaturas son "muy variables".
Por ejemplo, el pasado 30 de marzo se convirtió en el día más caluroso de lo que va de primavera. Ese día la isla registró 34 grados de máxima y 24 de mínima, lo que supuso una anomalía de 11 grados en las máximas y de nueve grados en las mínimas. Mientras, en abril la máxima registrada ascendió a los 31 grados a finales de mes.
El invierno también fue más caluroso de lo normal, solo se anotó una bajada constante en las temperaturas durante el mes de febrero, tanto en mínimas como en máximas.
Precipitaciones
Con este aumento de las temperaturas también se ha sufrido una disminución notable de las lluvias. Mientras, históricamente, entre 1981 y 2010, se estimaba en torno a 12 milímetros de precipitación acumulada semanal entre el 12 de abril y el 31 de mayo. Durante este año el agua ha sido las gran ausente de esta estación, alcanzando una media semanal aproximada de 4 milímetros entre el 5 de abril y el 3 de mayo.
En el pasado invierno se registró una anomalía positiva entre la semana del 8 de diciembre y la del 22. En ese momento, la isla superó los 20 milímetros de precipitación acumulada. A partir de entonces desde finales de año hasta finales de febrero sufrió una anomalía negativa, llovió la mitad de lo que se esperaba para ese mismo periodo entre 1981 y 2010.