La Consejería de Transición Ecológica y Energía del Gobierno de Canarias ha publicado este miércoles en el Boletín Oficial de Canarias que la instalación de 56 jaulas marinas entre el litoral de La Bufona (Arrecife) y la Playa del Barranquillo (Tías) tendrá que someterse a una evaluación de impacto ambiental ordinaria ya que "podría tener efectos significativos sobre el medioambiente".
Transición Ecológica ha pedido a la empresa Yaizatún SA que elabore un estudio de impacto ambiental conforme a la Ley 21/2013, de evaluación ambiental, sobre los efectos perjudiciales que podría tener el cultivo de doradas, lubinas y atún atlántico en las costas de Arrecife, San Bartolomé y Tías.
Sin embargo, como la evaluación ambiental simplificada del proyecto ya analizó diferentes puntos, la Consejería pide a la promotora del proyecto que no incluya "pronunciamiento alguno" sobre cuestiones "de índole urbanística y/o territorial, procedimientos judiciales en curso ni sobre la titularidad de los terrenos afectados".
El proyecto: una granja marina
Este proyecto prevé producir un total de 9.000 toneladas de pescado anuales: 1.700 toneladas al año de doradas, 3.300 toneladas de lubina y 4.000 de atún atlántico. Para ello, hace uso del método de "engorde en jaulas" o "viveros flotantes" que ocuparían hasta 1.381.576 metros cuadrados, unas 138,2 hectáreas.
Entre sus afecciones al medioambiente, la futura granja marina está proyectada "parcialmente" en el interior de los límites de la zona de especial conservación (ZEC) Sebadales de Guasimeta, donde se encuentra la especie vulnerable sebadales (cymodocea nodosa).
La protección especial de este espacio busca cuidar los bancos de arena cubiertos permanentemente por agua marina poco profunda, que está protegida dentro de los lugares de importancia comunitaria de la Macaronesia en la Red Natura 2000, un "instrumento fundamental" de la política europea para la "conservación de la naturaleza".
Diferentes razones para rechazar su instalación
La Dirección General de Salud Pública alertó de las emisiones al medioacuático de "nitrógeno y fósforo" por los excrementos de las especies y los residuos del pienso que queda sin consumir. En su informe, exponía que la proliferación de estos elementos "rompe el equilibrio ambiental" y pueden llevar consigo la "posible aparición de toxinas producidas por ciertos tipos de algas", "la pérdida de calidad de las aguas" e incluso "su contaminación" por "vertidos y heces de los peces".
La instalación de jaulas marinas en esta zona, según Salud Pública, puede afectar a playas como la de La Concha, El Cable, Playa Honda o Guasimeta, que hasta ahora cuenta "con una clasificación anual excelente" por la Dirección General de Salud Pública. Además, invita a estudiar cuál es la afección económica si se pierde calidad en el agua de baño en la zona.
En este sentido, la Dirección General de Costas y Gestión del Espacio Marítimo Canario, dependiente de la Consejería de Obras Públicas, Vivienda y Movilidad, expone que "hay un gran número de impactos con distintas intensidades que, de forma acumulativa, por ser impactos significativos, van a generar claras afecciones negativas".
El Ayuntamiento de Tías, el de San Bartolomé y el de Yaiza, el Cabildo de Lanzarote, las cofradías de pescadores de La Tiñosa, San Ginés y Playa Blanca, Asociación para el Desarrollo de Acciones Climáticas Integrales (Adacis), la Asociación de Centros de Buceo de Lanzarote (Buco), la Asociación Insular de Empresarios de Hoteles y Apartamentos de Lanzarote (Asolan) y la Federación Turística de Lanzarote (FTL) presentaron alegaciones al documento ambiental promovido por Yaizatún y en contra de la instalación de estas jaulas en el litoral de la isla.
A ello se sumó la Fundación César Manrique y el colectivo Ecologistas en Acción que pidieron a Transición Ecológica que denegara la autorización para instalar estas jaulas marinas en la zona.
