Ecologistas en Acción otorga una Bandera Negra a la playa de Playa Blanca

En su informe anual ha otorgado un total de 48 banderas negras por contaminación y mala gestión ambiental

EFE

10 de junio de 2024 (17:25 CET)
Playa de Playa Blanca
Playa de Playa Blanca

La playa de Playa Blanca en Lanzarote ha recibido una Bandera Negra de Ecologistas en Acción en su informe 2004, por contaminación de aguas fecales. Así, el informe ha estado protagonizado por "la turistificación" de Canarias, con estas insignas también para los hoteles de La Tejita y Cuna del Alma en Tenerife y los situados en Corralejo (Fuerteventura). 

En su informe anual, en el que inspecciona los más de 8.000 kilómetros del litoral español, Ecologistas en Acción ha otorgado un total de 48 banderas negras por contaminación y mala gestión ambiental de las costas y destaca uno de los mayores problemas sociales y ambientales: la turistificación y urbanización del litoral. 

Un problema que afecta especialmente a las islas Canarias, cuya población está organizada alrededor de la campaña Canarias tiene un límite con la que se denuncian las agresiones y amenazas que ponen en peligro la conservación de estas islas y el futuro de las generaciones venideras, ha indicado Ecologistas en Acción en una nota.

Al respecto señala que las Banderas Negras otorgadas en Canarias dan cuenta del listado de "agresiones" al litoral por la acción del desarrollo hotelero con la autorización de las administraciones públicas. 

De esta forma, el informe refleja cómo los hoteles Oliva Beach y Tres Islas, propiedad de RIU en Fuerteventura, se sitúan dentro del dominio público y en medio de un espacio natural como las Dunas de Corralejo, mientras el Gobierno de Canarias, "lejos de defender el bien común, el cumplimiento de la ley y velar por la restauración del ecosistema ha defendido los intereses de la empresa infractora". 

También en Tenerife los hoteles La Tejita y Cuna del Alma, que estaban paralizados cautelarmente por incumplir leyes medioambientales, han sido reactivados de nuevo por el Gobierno de Canarias, otra vez en beneficio de la empresa infractora, critica la organización ecologista.

Además, indica que la figura del “interés insular” está siendo utilizada por los cabildos de La Palma y El Hierro para declarar de interés general macroproyectos turísticos privados, como el resort de La Frontera, en El Hierro, el campo de golf con villas de lujo de La Pavona y el balneario Dichosa Wellness Clinic, en La Palma. 

“Son unos ejemplos, entre otros muchos, que avalan esta carrera suicida y sin límites por la que apuestan nuestros gobernantes en beneficio exclusivo de los intereses empresariales”, ha afirmado Pablo Díaz, portavoz de Ben Magec-Ecologistas en Acción.

La organización ecologista ha señalado que "el metabolismo de la actividad turística en Canarias es altamente intensivo" en el requerimiento de grandes cantidades de materiales y energía de las que no se disponen, y a su vez genera ingentes cantidades de residuos y contaminantes que son incapaces de ser asimilados por el propio territorio. 

La huella ecológica de Canarias se corresponde con la de un territorio 27 veces superior, afirma Ecologistas en Acción.

“En otras palabras, necesitamos un territorio 27 veces mayor para satisfacer todas las demandas del modelo económico y desarrollo del archipiélago y de ahí que hablemos del modelo actual como un modelo insostenible y cortoplacista abocado al fracaso”, ha añadido Pablo Díaz.

El representante de Ben Magec, la federación canaria de Ecologistas en Acción, ha señalado también que mientras la clase política se vanagloria de ofrecer cifras récord en la llegada masiva de turistas a las islas y exhiben cifras mil millonarias en beneficios, Canarias ostenta otro récord, pero en pobreza y desigualdad social, con más de un 35% de la población en riesgo de pobreza y exclusión social, más de un 13% en pobreza extrema y una tasa de desempleo del 20%. 

"Es imprescindible que las instituciones públicas tomen las medidas necesarias para paliar la gentrificación que sus políticas neoliberales han favorecido. Hay que transitar hacia un modelo fiscal más redistributivo, que reparta la riqueza, que no privatice los beneficios mientras se socializan las pérdidas, que apueste por la desturistificación y que implante también una ecotasa finalista dirigida a mitigar los impactos ambientales que esta actividad produce”, ha aseverado. 

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