La Plataforma contra el Ruido denuncia que este pasado lunes desde las 10 de la mañana hasta la medianoche, los vecinos y vecinas de El Reducto y del centro de Arrecife han soportado 14 horas ininterrumpidas de ruido, con gritos por megafonía, pruebas de sonido y grabaciones constantes". "Un rodaje que, lejos de ser una anécdota, colapsó la ciudad en plena jornada laboral y lectiva, sin ninguna consideración por quienes trabajan, estudian o simplemente intentan descansar", añade.
En un comunicado critican que "mientras el evento avanzaba, las calles quedaron bloqueadas, los atascos se multiplicaron y la actividad diaria se paralizó, afectando a centros educativos, comercios y residentes. Al cierre de la jornada, la playa y el entorno quedaron llenos de plásticos y residuos".
Desde la asociación señalan que "más allá del ruido, los efectos fueron evidentes: aulas vacías en institutos y colegios, con un absentismo en algunos casos superior al 50%, atascos interminables y comercios afectados por cortes de acceso y restricciones de movilidad".
Desde la Plataforma contra el Ruido de Arrecife recuerdan que, según la OMS, "la exposición prolongada a más de 53 decibelios puede generar estrés, ansiedad e incluso problemas cardiovasculares". "Este lunes en algunos hogares, se superaron los 95 decibelios. Y esto, no es solo una molestia: es una vulneración del derecho al descanso, de la inviolabilidad del domicilio y de la estabilidad emocional de muchas personas, especialmente mayores, niños y colectivos vulnerables", manifiestan.
"Los 165.000 euros de dinero público, gestionados por la Sociedad de Promoción Exterior de Lanzarote (SPEL), son solo una parte del coste real de este evento. A ello hay que sumar el despliegue de policías, el montaje y desmontaje del escenario, el refuerzo de personal municipal, los operativos de tráfico y la limpieza posterior. Un gran esfuerzo económico que se ha destinado a un evento que, una vez más, ignora por completo la convivencia y el bienestar ciudadano", añaden.
Desde la Plataforma exigen el cumplimiento de la normativa acústica y medición real de los niveles de ruido, la reubicación de eventos lejos de zonas residenciales y la planificación responsable y medidas para mitigar el impacto medioambiental en la ciudad.
Por último, afirman que "Arrecife no puede seguir siendo un recinto ferial improvisado. Es hora de que se respeten los derechos fundamentales amparados por la Constitución".