Una de las agrupaciones más representativas del carnaval son las murgas y, en Lanzarote, Los Simplones son una de las más conocidas y con mayor recorrido. Este 2025 cumplen 20 años desde su fundación, dos décadas que han dado mucho de sí para reivindicar temas sociales y hacer pasar un rato de risas y diversión a los lanzaroteños.
El pasado 8 de febrero, Los Simplones realizaron su presentación en el Teatro Municipal de Tías donde ya sus familiares y amigos pudieron ver los diseños de los disfraces de este carnaval.
Los Simplones está formada por un total de 62 componentes cuyas edades van desde los 16 hasta los 69 años. Mencey Curbelo es uno de los integrantes de la murga, a la que se unió en el año 2011 después de formar parte anteriormente de otra agrupación.
En 20 años de historia, los integrantes han crecido y evolucionado. "Muchos comenzamos desde pequeños y muchos ya somos padres, estamos muy contentos por la trayectoria de la murga", cuenta Curbelo.
Y es que Los Simplones es una de las murgas que más arraigo tiene en la cultura del carnaval lanzaroteño. "Yo todavía me sorprendo al ver a niños y gente joven llevando en el instituto o en cualquier lado las sudadera de Los Simplones, incluso de otros años, y te sientes abrumado", dice.
"Cuando llega el carnaval y subes al escenario la gente nos apoya mucho y les gustamos mucho por los valores que tenemos, estamos muy agradecidos con eso", apunta el murguero.
El reto de seguir en activo después de 20 años
Mantenerse en el panorama carnavalero de Lanzarote no es una tarea nada fácil porque el trabajo, la dedicación, el sacrificio y, por supuesto, la pasión, son algo fundamental para sortear las piedras del camino. "Es muy difícil, todo murguero sabe que debe ensayar como mínimo seis meses antes de los carnavales, desde septiembre, pero los que tenemos más responsabilidad dentro de la murga dese mayo ya estamos trabajando en cosas", señala.
Estos ensayos comienzan de menos a más. Cuando queda bastante tiempo para la celebración de los carnavales, los murgueros empiezan ensayando un día a la semana pero a partir de Navidad, esos días de ensayo van aumentando. Desde septiembre ensayan tres días a la semana y se mantiene durante todo el año, descansando los fines de semana y algún día laboral. "Ensayamos una hora y media, desde las 21.00 horas", aclara.
Ensayar es vital para que sus actuaciones sean redondas y "tienes que cuadrar con la familia y es complicado, pero como se suele decir, sarna con gusto no pica", dice Curbelo entre risas. "A mí ir a ensayar, ver a los chicos y reírte con ellos es lo que a mí me llena después del estrés del trabajo, el esfuerzo que hace uno lo hace por eso", asegura.

Trabajo en equipos
Durante la preparación, la murga se divide en grupos de trabajo para organizarse y dividirse el trabajo. Mencey Curbelo pertenece al grupo de diseño de Los Simplones, que se encarga de elegir los diseños y las telas para los disfraces que vestirán en el concurso de murgas. Desde mayo, ya comienzan a preparar los bocetos y a pensar qué tipo de telas utilizarán, al igual que aquellos que se encargan de componer las letras y las canciones.
En el caso de las letras, el grupo de trabajo lo forman alrededor de siete componentes que se dedican a crear las letras, las propias canciones y todo lo que tiene que ver con el tema musical. Ellos son uno de los grupos que más pronto se reúnen, desde mayo.
Por otro lado está el grupo de disfraces, que lo forman de 10 a 15 personas. "Primero se trabaja una idea, se hace un boceto y luego ya se eligen las telas para que las costureras vayan avanzando con el trabajo y no dejar todo a una persona sola, que sea más ameno", explica Curbelo.
La financiación para poder llevar a cabo todo este trabajo la consiguen a través de las cuotas anuales que pagan los integrantes, de la venta de lotería y con las subvenciones que reciben de las administraciones públicas durante el año.
No todo es lo que parece, los 20 años están presentes, la fantasía de este año
Para celebrar estas dos décadas de historia, Los Simplones han querido reflejar en sus disfraces de este carnaval algo tradicional pero traído a la actualidad. La fantasía, llamada No todo es lo que parece, los 20 años están presentes, se basa en el disfraz de payaso pero con modificaciones. "Queríamos un disfraz muy típico de payaso que fuera lujoso, muy bonito y elegante, por lo que elegimos el blanco y negro", desvela el murguero.
En cuanto a las letras, suelen hablar sobre temas sociales basados en la actualidad política y demás, sobre todo a nivel local, regional y nacional.
Unas letras y unos disfraces que, junto a la actitud de la murga, les han permitido ganar premios en todas las categorías, desde interpretación hasta vestuario pero como destaca Mencey Curbelo, "lo importante es que la gente se quede satisfecha con la actuación porque el cariño del público es lo que te llena".









