El escritor Nacho Romero, pregonero de las fiestas de San Marcial del Rubicón en Yaiza

La lectura se llevó a cabo este domingo en la iglesia de San Marcial del Rubicón

1 de julio de 2024 (10:57 CET)
Actualizado el 1 de julio de 2024 (12:52 CET)
Nacho Romero Perera, pregonero de las fiestas de San Marcial del Rubicón en Yaiza
Nacho Romero Perera, pregonero de las fiestas de San Marcial del Rubicón en Yaiza

El biólogo, escritor y poeta Ignacio Romero Perera (Nacho), uno de los grandes divulgadores medioambientales y culturales de Canarias, fue el pregonero de las fiestas en honor a San Marcial del Rubicón en Yaiza.

La lectura se llevó a cabo la tarde del pasado domingo en la iglesia de San Marcial del Rubicón. En la mesa presidencial compartieron asistencia el párroco de Yaiza, Jonathan Almeida, el alcalde del ayuntamiento de Yaiza, Óscar Noda y el concejal de Fiestas, Javier Camacho. Nacho comenzó su pregón acompañado con los acordes de una canción con el timple de Alexis Lemes titulada Viejo Ajache.

"Lomas alargadas con sabor a tierra añeja, de baja estatura y agrietado escudo, camino entre piedras desteñidas, masas de caliche, jable, polvo y lajas, Todo no es basalto roto, distingo playas levantadas, rotas y perforadas que destilan su nombre, diblusado en viejo corrales, la vieja y antigua gambuesa, cierro los ojos y escucho el murmullo de cabras y ovejas en actos sociales, retazos imaginarios de estas dehesas comunales. Remonto por las suaves faldas de laderas, sueño con la mítica estirpe maja, aquella que imprimió su alma en la piedra, guardando su multicolor cabaña ganadera. Atisbo viejos hornos de cal, imploro en los aljibes de la vida, saboreo en los charcos de sal, orilla en la frontera compartida. Troto al este y llego a Puntagorda, diviso al sur Papagayo, al oeste se abre una gran llanura, lugar de apañadas, juego de pelota y conjeturas. Tu cumbre alcanza mar, tu cumbre alcanza tierra. Tu cumbre, casi no es cumbre, cimas de colores abandonadas como herrumbre. Secos caminos polvorientos, espejismos de agua y mar, cansino ritmo del sediento. Rápida huida del mortal".

Nacho recordó también el curso de un Taller de Empleo, que impartió en Las Casitas de Femés durante el curso del 2005, recién llegado a la isla después de nueve años ausente por sus estudios. Para él fue un auténtico revulsivo emocionante volver a acariciar la vieja piel de su Lanzarote y caminar por montañas, veredas, barrancos, llanuras, picos, taros, cuevas en el municipio de Yaiza, que con entrega y profesionalidad comparte como guía de senderismo.

El pregonero también tuvo muy presente a Agustín Pallares Padilla, el gran investigador de nuestra isla de Lanzarote. Habló sobre su prehistoria y toponimia, los encuentros junto al él que le tyransporataba a otras épocas y se quedaba embelesado escuchando sus relatos, debatiendo, consultando y contrastando topónimos. Nacho se sintió muy agradecido por Femés y su gente, por lo mucho que le aportaron: información, mucha inspiración y sobre todo mucho cariño, una información que se refleja en todas sus publicaciones donde hay descripciones, menciones o poesías vinculadas a este amado terruño del sur. Es un entorno tremendamente inspirador, desde lo alto de La Atalaya donde se enamoró de Femés y de su vega, de Janubio, de la Isla de Lobos. Aquí se han inspirado entre otros, el escritor Rafael Arozarena, tras su estancia laboral en Femés donde escribió Mararía en 1973, un icono literario de la isla y un clásico de la literatura de toda Canarias.

En otro momento del pregón Nacho añadió la siguiente anécdota: "Me gustaría cerrar los ojos y que se nos sobresaltaba el corazón escuchando los silbidos de los pastores de Femés en esta iglesia de San Marcial. Una tradición extinta que relata en el libro Costumbres Canarias, publicado en 1916, del escritor y periodista nacido en Yaiza, Isaac Viera. En el texto Las Pascuas, narra cómo un sacerdote legado de Gran Canaria intentó acabar con la tradición de silbar dentro de la iglesia, que se realizaba durante la celebración de la misa del Gallo, cada 24 de diciembre. Describe cómo unos de los pastores del pueblo silbaban durante el besapié del Niño Jesús y el cura le estampó la imagen en la calva del feligrés, dejándolo chorreando sangre y destrozando la imagen del Niño Jesús. En ese mismo libro se recoge esta copla popular que quedó tras este suceso.

Al niño recién nació 

le dio muerte el señor cura

por mor a la calentura

que cogió con el silbío.

Todo esto y mucho más está recogido en el pregón de Nacho Romero Perera, que finalizó elevó al Ayuntamiento de Yaiza una humilde propuesta, con voz pero sin voto, que en cierto modo dignifique la importancia del pueblo de Femés en la historia. Se propuso la creación desde el Consistorio de una tenencia de alcaldía o concejalía con el nombre de Femés, sin pretensiones secesionistas, solamente con una finalidad honorífica y quizás de mayor gestión sectorial. De esta maneraSe estaría enalteciendo la historia del desaparecido municipio de Femés y de su gente.

Con un ¡viva Femés y San Marcial! finalizaba la lectura del pregón, tras la que el alcalde Óscar Noda le hacía entrega de una escultura como recuerdo.

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