El pasado domingo el Convento Santo Domingo de Teguise con el aforo al completo acogió el concierto 'Réquiem de Mozart', que estuvo a cargo del 'Coro Reyes Bartlet de Puerto de la Cruz', dirigido por José Híjar, y organizado por la 'Orquesta Clásica de Lanzarote'. Una orquesta compuesta por diversos músicos, en la que también se encuentra el joven violinista lanzaroteño Pablo Araya, actuando de Concertino Juan Manuel Díaz, la soprano Satomi Morimoto, la mezzosprano Silvia Zorita, el tenor Carlos Javier Méndez y el bajo Augusto Brito, todos bajo la dirección de José María Vicente, que dirige a los 86 músicos para esta magnífica obra musical.
Al público asistente se le informó que el concierto sería grabado en directo para editarse en un trabajo discográfico y así, dejar constancia de este inusual espectáculo con una calidad extrema. Un trabajo de alta calidad que ha sabido impregnar el director José María Vicente, con todos y cada uno de los músicos, algo que el público asistente supo apreciar hasta el final del concierto.
Además, después de los saludos finales y los continuos aplausos, como muestra de agradecimiento, el director ofreció la obra 'Ave Verum de Mozart'.
La calidad acústica del convento unida a la ambientación creada con la proyección en la gran pared lateral de sala, situada detrás de la orquesta y coros, así como la gran cruz enramada junto al piano rodeado de velas y la iluminación de techos paredes y retablos, situaron al público en un ambiente propicio para escuchar esta obra considerada una de las más importantes de la música clásica.
La calidad musical del coro Reyes Bartlet, dirigido por José Híjar, fue excepcional, teniendo en cuenta a sus 46 componentes y su largo recorrido como coro semi-profesional. Con unos escenarios y unas partituras muy exigentes, que le ha llevado a participar con la 'Orquesta Sinfónica de Tenerife', de una manera asidua. La calidad se expresaba en los pianísimos y los crescendo del Réquiem, acentuando los fortes en las cuatro cuerdas, Soprano, Contraltos, Tenores y Bajos.
Una orquesta formada por 29 músicos, repartidos en la cuerda, violines primeros, segundos, violas, violonchelos, contrabajo en los vientos madera, clarinetes y fagot, y en los vientos formados por trombones, trompetas y la percusión de timbales.
Sin lugar a dudas la Villa de Teguise fue escenario de uno de los conciertos más importantes que se recuerda, donde los asistentes lo recordarán por un largo tiempo y en uno no muy lejano, tendrán la oportunidad de volver a escucharlo cuando el disco se ponga a la venta.
