Roberto ha escrito a La Voz para trasladar una queja sobre el transporte público de la isla, sobre "sus deficiencias y abusos". "Tengo 16 años y a mi edad nadie quiere o pude hacerse cargo de mis desplazamientos, a veces necesarios. No voy a gastar el dinero de mis padres en taxis, pero me niego cada vez más a invertirlo en un servicio tan malo y patético como el transporte público", señala.
Este lector tiene problemas, fundamentalmente, con la línea 32, "tal vez la más deficiente de la isla". "Puede llegar dos horas tarde o, incluso, no pasar por la parada", afirma. Incluso, asegura que la chófer se para "15 minutos en mitad del recorrido para utilizar el móvil con la excusita de que está mareada". "Puede verte en la parada y ni parar", advierte, al tiempo que asegura que "los compañeros de otras líneas no son capaces ni siquiera de avisar a su compañero de que se ha dejado a un cliente".
En otra línea, en la que va de Playa Blanca a Arrecife, este lector también cuenta que tuvo una mala experiencia. "No te paran en las paradas donde le avisas al chófer por medio del botón 'stop'. Me tuve que gastar otra vez dinero para llegar a mi casa", lamenta, al tiempo que critica el precio del transporte "que cada vez sube más y aún así el servicio sigue siendo deficiente".
Además, también pone en entredicho el estado de estas guaguas, después de que varias sufrieran incendios cuando estaban en marcha. "Tengo que temer si el motor de la guagua arde o se descarrilla en la carretera", señala.
Este lector asegura que utiliza "poco" la guagua, por lo que "a saber la de cosas que pasan en otras líneas". "Los clientes no se quejan porque no tienen tiempo, pero como yo tengo todo el tiempo del verano que queda podré quejarme hasta que mi padre me calle porque es el único que me puede callar", afirma.