Casi 200 pasajeros de un vuelo de Ryanair con destino a Lanzarote pasaron la noche del domingo al lunes en Gran Canaria. Según ha relatado a La Voz una de esas viajeras, el avión salió de Madrid con más de dos horas de retraso a causa de la huelga de controladores aéreos y, al llegar a Lanzarote, les dijeron "que el aeropuerto ya estaba cerrado". "Cuando salimos de Madrid ya sabían que no llegaríamos a tiempo y, aun así, decidieron volar de todas formas y no nos avisaron hasta la llegada", denuncia esta pasajera, que afirma que los ocupantes del avión quedaron "indignados con el trato de la compañía". Muchos de ellos pasaron la noche en la terminal y algunos no recibieron "ni siquiera un ticket para la cena y el desayuno al que tenían derecho".
"No comprendo que la tripulación no nos dijese a la salida, del mismo modo que nos pidieron disculpas por el retraso, que quizá no llegaríamos a nuestro destino", reclama. El avión debía salir de Madrid a las 21.40 del domingo; sin embargo, "a diez minutos de la medianoche seguía en pista". "El vuelo dura dos horas y veinte minutos, sabían que Guacimeta estaría cerrado", recalca esta pasajera, que cree que la compañía "necesitaba el avión por la mañana" en Lanzarote y, por ese motivo, "prefirió" dejarlos "una noche entera tirados" en Gran Canaria.
Según relata, el comandante del avión informó a los viajeros de que el motivo principal del retraso era la huelga de controladores aéreos, que hizo que la nave que cubre el trayecto entre Madrid y Lanzarote fuese acumulando demora a lo largo del día, además de una revisión de los ingenieros antes de partir. La pasajera, por su parte, afirma que "comprende" que hubiera huelga, pero cree que eso "no justifica el comportamiento de la compañía".
"Risas" al ofrecerles "dormir en la terminal"
"Fue completamente indignante", dice esta viajera acerca de la actitud de Ryanair. "Cuando aterrizamos en Las Palmas, algo de lo que nos habían avisado en pleno vuelo, cuando pensábamos que aterrizaríamos en Lanzarote, la azafata se reía al notificar por megafonía que podíamos dormir en la terminal", relata.
Según explica, la aerolínea se comprometió a llevarlos de Gran Canaria a Lanzarote a las 7 de la mañana y les dio la posibilidad de quedarse en un hotel, pero "no ofrecieron transporte ni para la ida ni para volver al aeropuerto". "Los propios pasajeros tenían que pagar el taxi, porque no había guaguas, y pedírselo a la compañía, sin saber cuándo nos lo iban a devolver", explica. "¿Y si no tenías dinero, qué? Pues según la chica que nos atendió, eso no es problema de la empresa", incide.
De acuerdo con la explicación de esta pasajera, cuando los pasajeros llegaron al aeropuerto de Gran Canaria tenían que tramitar la noche en el hotel, las reclamaciones, y todo aquello a lo que tenían derecho en una oficina de Ryanair en la que había "una chica sola para casi 200 personas". "Eran ya más de las dos de la madrugada y tardó más de una hora en atendernos a todos", señala, incidiendo en que "hasta que no llegaron varios pasajeros que conocían la legislación, ni repartió los tickets de cena y desayuno" a los que tenían "derecho" ni "las hojas de reclamaciones oficiales".
"Sólo entregaba las hojas de reclamaciones de la compañía, que no sirven para nada", explica. "No soy adivina", asegura que le respondió a otra viajera que le recriminó que "su deber" era "informar a los viajeros de aquello a lo que tienen derecho, de cómo presentar una reclamación, etcétera". "Lo que no es normal es que sólo nos enteremos de nuestros derechos porque en el avión viaja alguien que sabe cómo funcionan estas cosas, Ryanair tenía la obligación de ofrecernos a todos todo lo que nos correspondía", denuncia ella por su parte. Según expone, "muchas personas" abandonaron el mostrador "sin saber que la hoja de reclamaciones que les dieron no valía para nada" o "sin sus tickets para poder comer algo después de más de 6 horas entre aeropuerto y aeropuerto".