La protectora de animales Huella a Huella ha publicado un texto en sus redes sociales en el que lamenta la muerte de Bocanegra, un perro que llegó a este colectivo tras haber pasado "toda su vida en una jaula". Huella a Huella señala que su historia "debería ser contada", al considerar que "muestra la realidad de las perreras, donde se ‘almacenan’ perros y no se realizan acciones para evitar los abandonos y fomentar las adopciones" y "la mayoría son sacrificados". "Bocanegra, por suerte o por desgracia, fue condenado a cadena perpetua", afirman.
"Según nos cuentan él llegó de cachorro, y no sabemos muy bien la razón, al parecer le gustó al limpiador de la perrera o quién sabe, pero él pudo evitar el sacrificio. Quizás parezca algo bueno, no morir, pero ser condenado a vivir en una jaula tampoco es un buen final", explica la protectora.
Así, lamenta que Bocanegra "ha vivido en una jaula toda su vida, con mala comida, sin atención y menos todavía un atisbo de amor". "Al llegar nosotros todos le temían y huían, alegando que era agresivo, pero nos demostró todo lo contrario, sólo un poco gruñón, pero con la vida que le dieron, se lo podíamos permitir", relatan acerca de la llegada del animal a manos de Huella a Huella.
"Hoy nos ha dejado, sobre todo un gran vacío, pero queremos compartirlo, para que su dura vida sirva de algo, que se den cuenta de la importancia de fomentar las adopciones en las perreras, que ningún animal más muera por la indiferencia y por no asumir responsabilidades y menos aún, que no haya más cadenas perpetuas", reivindican desde el colectivo.