Opinión

Una reconciliación muy oportuna

Los hechos suelen demostrar que nada une tanto como tener un enemigo común, y eso parece ser lo que ha sucedido con las dos principales patronales turísticas de la isla. La reunión que Asolan y Aetur mantenían esta semana, aparcando ...


Los hechos suelen demostrar que nada une tanto como tener un enemigo común, y eso parece ser lo que ha sucedido con las dos principales patronales turísticas de la isla. La reunión que Asolan y Aetur mantenían esta semana, aparcando ...

Los hechos suelen demostrar que nada une tanto como tener un enemigo común, y eso parece ser lo que ha sucedido con las dos principales patronales turísticas de la isla. La reunión que Asolan y Aetur mantenían esta semana, aparcando así años de serias diferencias, no es desde luego un hecho casual. La realidad es que han encontrado una nueva causa que merece aunar sus esfuerzos, y esa causa no es otra que la de hacer fuerza ante el grupo de gobierno del Cabildo y en particular ante el Partido Socialista, que tienen actualmente en sus manos el diseño del futuro turístico de la isla.

La batalla no es nueva y el malestar de determinados sectores empresariales existe desde hace tiempo, porque consideran que se les ha perseguido mucho yayudado muy poco, pero es ahora cuando se va a empezar a librar un verdadero pulso. Asolan y Aetur han jugado su carta uniéndose para pedir nuevos campos de golf y puertos deportivos justo cuando el Cabildo ya tiene terminado el avance del Plan Territorial Especial.

Por eso, porque el contenido de ese avance se dará a conocer en las próximas semanas, no parece casual que después de años de incomunicación, estas dos asociaciones hayan conseguido no sólo reunirse, sino además transmitir un mensaje común a favor de esa oferta complementaria, que aseguran que puede ser la tabla de salvación del turismo en Lanzarote.

Sin embargo, lo que no hizo el presidente de Aetur, Gerardo Fontes, es definir cómo, cuánto y dónde. Es decir, volvió a dejar muy claro que el ocio que considera que se le debe dar a la isla es el del golf y el puerto deportivo, pero no en qué cantidad, ni el qué zonas.

Y precisamente ahí es donde ha surgido la primera diferencia con el Cabildo, que extraoficialmente ya ha pedido que los empresarios no se limiten a reclamar oferta de ocio complementaria, sino que aporten informes y estudios al debate sobre cuáles son las necesidades reales y qué proyectos podrían tener viabilidad. Y también que definan qué proyectos son los que consideran que habría que "desbloquear" o autorizar.

El diálogo está abierto y ya han sido recibidos en el Cabildo para escuchar sus demandas, pero lo cierto es que el grupo de gobierno, o al menos los consejeros socialistas, no parecen dispuestos a dejarse impresionar.

El primero en responder ha sido el responsable del Patronato de Turismo, Miguel Ángel Leal, que ya ha afirmado que el problema del turismo no es la falta de ocio complementario, sino el exceso de camas, y que si los empresarios no se hubieran centrado en los últimos años sólo en aumentar la oferta alojativa, el panorama actual de la isla sería bien distinto.

Un mensaje que deja claro que este pulso no ha hecho más que comenzar, y que se va a librar justo cuando los partidos políticos están calentando motores para las próximas elecciones. De hecho, este elemento jugará un papel importante dado que partidos como el PSOE han hecho del control del crecimiento su bandera, y los campos de golf y los puertos deportivos no gozan desde luego de simpatías entre buena parte de la población.

En cualquier caso, el Plan Territorial Especial tampoco pretende cerrar radicalmente las puertas a estas infraestructuras. La intención parece ser que el desarrollo que aún necesita la isla se realice sin ocupar más bolsas de suelo. Es decir, concentrando la oferta complementaria alrededor de zonas ya desarrolladas. Algo que no contentará a los empresarios con proyectos en otras zonas, que ya han empezado a dejarse oir antes de que se haga público el documento, pero tampoco a los sectores ecologistas.

Así, este Plan está llamado a despertar polémica, pero también abrirá una oportunidad única. Una oportunidad para debatir hacia dónde debe ir Lanzarote y para que se haga un esfuerzo real por determinar si el golf y los puertos deportivos son necesarios y en qué cantidad. Y también para aportar imaginación y definir si son las únicas alternativas de ocio, o si también se pueden plantear otras opciones para una isla que siempre ha vivido de su singularidad. No dejar pasar esta oportunidad es ahora el gran desafío.