Arrecife despierta y muchas familias se ponen en marcha para ir al colegio. Calle La Inés, en el centro de Arrecife, es de absoluto tránsito debido a los centros educativos que hay de un lado y al otro de la calle. Resulta que aproximadamente a las 8:15 am se produce un curioso cruce de uniformes que podría parecer anecdótico pero es mucho más significativo de lo que solemos pensar. Las familias racializadas caminan hacia la izquierda y las familias blancas caminan hacia la derecha. Mismas edades pero separados por etnia y clase social.
Es la segregación escolar uno de los grandes dramas que afrontan las políticas educativas y que tiene serias repercusiones en Lanzarote. Hoy en día existe una clara concentración de estudiantes vulnerables en centros muy concretos y alumnado de clases medias, si es que aún existen, y altas en colegios religiosos de carácter privado o concertado. Todo ello a pesar de que la LOMLOE ya movió algunas fichas para prohibir la exclusión en centros privados mantenidos con dinero público (concertados) y la prohibición de cualquier cobro de tasas en los mismos. Todo cabe en el papel, el problema es que son las propias dinámicas de la sociedad, clasistas en numerosos casos, las que empujan a la separación de los estudiantes. No hay nada más clasista que no querer estudiar colectivamente con niños y niñas pobres.
Separar a los estudiantes por etnia, religión y principalmente por clase social es una clara anomalía que tiene serias repercusiones negativas para la sociedad democrática. ¿Cómo vamos a construir una sociedad plural y diversa si los propios niños y niñas ni siquiera crecen juntos? Este hecho afecta a los soportes de la justicia social sin la que no se entendería el mantenimiento de la democracia en nuestro país. El sostenimiento de centros religiosos concertados con dinero público es otra forma más de desigualdad que nace desde lo más profundo de la administración y que se arraiga mediante posiciones ideológicas simplistas que apelan a un absurdo concepto de la libertad.
La escuela, y en concreto en Lanzarote, no desarrollará el papel transformador que debería, y que se le exige sin los recursos suficientes, si no logramos una escuela justa e igualitaria. La segregación escolar, según argumentan expertos como Pedro González de Molina Soler en su Informe sobre Segregación escolar y modelo educativo de la derecha en España, provocará grandes problemas de orden democrático y empeorará los resultados académicos globales provocando así una falsa percepción positiva de la meritocracia que oculta las causas sociales del fracaso. En definitiva, una sociedad injusta y triste que solo podrá aspirar a mantener los muros invisibles que se observan con la suficiente atención en el tránsito mañanero de Calle La Inés.