Me considero un hombre de ciencia . Y no quiero con ello presumir o pretender darme importancia sino destacar que, frente a convicciones instaladas por repetición, dogmas indiscutibles o derechos consuetudinarios, siempre defenderé los hechos razonados, las pruebas empíricas y la realidad como fuente de conocimiento. Con lo cual, solo puedo afirmar sin ambages que hombres y mujeres son iguales en capacidades, aptitudes e inteligencia.
Este 11 de febrero se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una efeméride destinada a reflexionar sobre el papel central que deben reconocerse a las mujeres en el ámbito de la investigación científica y a promover en las alumnas las vocaciones STEAM ( Ingeniería, Matemáticas, Ciencia y Tecnología).
Nadie duda hoy de que hablamos de materias que necesitan del talento de las nuevas generaciones para que podamos seguir progresando hacia el futuro, y que ese talento no entiende de géneros sino de competencia, brillantez y de pasión.
Sin embargo, aunque gracias a las políticas de igualdad del Gobierno y al trabajo de los centros educativos se va reduciendo la brecha, todavía queda un largo camino por recorrer, especialmente en carreras como las ingenierías y la arquitectura, fuertemente masculinizadas.
Y como el proverbial pescado que se muerde la cola, la ausencia de mujeres en la investigación a lo largo de la historia y la intencionada invisibilidad a la que han estado sometidas aquellas que se atrevieron a romper moldes y a desafiar lo establecido, genera falta de referentes entre las estudiantes cuando valoran sus opciones formativas y profesionales.
Es hora ya de reconocer y de gritar a los cuatro vientos que las mujeres siempre han formado parte de la historia del conocimiento científico, y que siempre han sido ninguneadas por la sociedad machista y el sistema patriarcal.
Es hora ya de asumir que la ciencia y la tecnología son pilares básicos para el desarrollo social y económico de las comunidades, y que el progreso solo es posible cuando se persigue y se alcanza la igualdad.
Desde el Partido Socialista llevamos años promoviendo el acceso de las niñas a los estudios universitarios del ámbito científico y tecnológico, a través de distintos programas y campañas
informativas. No podemos permitirnos durante más tiempo desperdiciar el cincuenta por ciento de la capacidad y del intelecto que que pueden aportar las investigadoras, matemáticas, ingenieras, científicas, arquitectas y cuantas profesionales están dispuestas a arrimar el hombro para responder a los grandes retos de nuestro siglo.
Pedro Viera, Portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Socialista