Opinión

Un soplo de AMOR

Hoy quiero dedicarle unas palabras a mis hijos, Arón y Andrey por el fallecimiento de su padre; hace pocos días, Antonio Cruz Díaz. Como madre me hubiera gustado entrar en las entrañas de sus almas y evitarles el dolor, pero eso es imposible de conseguir. Me sentí muy reconfortada, en aquel lugar tan triste, cuando sus amigos, amigos de la infancia llegaron a ofrecerles su cariño, algunos en la lejanía también se hicieron sentir.

No olvido a Joel; a Carlos, a David, todos y cada uno de ellos, aquellos niños que ya son hombres, no han dejado a un lado el verdadero valor de la amistad, como decía Shakespeare;Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba, engánchalos a tu alma con ganchos de acero" y creo que eso fue lo que pude sentir, muchos por diferentes vías los acompañaron.

No olvido a Katya, su nuera y compañera; en este periplo de hospitales; acompañándolo en todo. Su padre estaba muy orgulloso de sus hijos y siempre tuvo palabras extraordinarias, hacia los dos, seguro que los acompañará en sus caminos, como así deseaba.

No puedo dejar atrás a esa familia, que les dio calor y consuelo; ahora con el paso del tiempo podrán mitigar el dolor, sin olvidar a su padre. Sus compañeros de profesión, en ese sector turístico, que les guiñaron, un hasta pronto.

He comprobado que no hay dolor mayor en la vida; que ver sufrir a los hijos, decirles que aunque no lo puedan abrazar, ni besar, el amor hacia él irá a donde esté. Gracias a todos; porque lo que le hacen a mis hijos, me lo hacen a mí. Estuve acompañada por mi pareja, y ahí también comprobé, que esa compañía fue importante para ellos, ser empático y poder estar en todos los momentos, dignifica a las personas.

Hasta siempre Antonio, seguirás orgulloso de seguir viendo que esos Cruz, no te fallarán.

Juani Alemán Hernández, mujer de Antonio Cruz Díaz.