Se avecinan, en estos días, los congresos locales, insulares o nacionales de casi todas las formaciones políticas con representación en las instituciones conejeras y viendo el panorama parece que todo se reduce a un "más de lo ...
Se avecinan, en estos días, los congresos locales, insulares o nacionales de casi todas las formaciones políticas con representación en las instituciones conejeras y viendo el panorama parece que todo se reduce a un "más de lo mismo". Los políticos nos ofuscamos en plantear pugnas de poder en lugar de dar a los mismos el valor añadido de reflexionar y cambiar las cosas.
Los congresos, lejos de constituir una batalla campal entre los unos y los otros, deben transformarse en el marco de un debate saludable que dé vida a los partidos. Deben constituir la respuesta a preguntas como ¿qué futuro queremos para nuestra Tierra?, ¿cuál es el modelo de Canarias o Lanzarote, y por ende el de una formación política que aspira a gobernarla?, y no limitarse a un simple ¿A quién le toca el mando ahora?
Los jóvenes Nacionalistas de Lanzarote entendemos que ha llegado el momento de reinventar Coalición Canaria. Como buen reflejo de la sociedad, los partidos tienen que evolucionar y mantener el contacto con los ciudadanos. Debemos ser el reflejo de lo que se piensa en la calle y no tratar de reflejar en la calle lo que pensamos en los despachos.
Entendemos Canarias como un territorio único y diferente pero disgregado y, en ese sentido, se debe enfocar la consolidación de la marca Coalición Canaria en Lanzarote y en Canarias. ¿Por qué cuestionarnos ya quién debe o no ocupar la presidencia Nacional y no ir más allá y cuestionarnos si es necesaria la figura de la presidencia?
Podría resultar que debemos estudiar otro modelo de partido en el que la cabeza tenga sólo un carácter representativo y organizativo y no de liderazgo férreo e inamovible. Construir un proyecto político en Canarias es complicado por nuestra condición de archipiélago, más aun cuando tenemos dos provincias donde el pleito insular no ha logrado erradicarse y las tensiones entre el centro y la periferia siempre estarán presentes.
Todo esto unido a un desapego, más que justificado, del país al que pertenecemos complica mucho la situación. En este, nuestro contexto, debemos diseñar un proyecto de partido con la clara idea de a que sistema político interno queremos aspirar. Modelos de partidos hay muchos pero ninguno exportable de manera íntegra por nuestras singularidades.
Creemos que Coalición Canaria debe seguir un modelo donde, la separación y delimitación del poder sea una división vertical, integrando las mal llamadas islas menores a través de autonomía territorial de base municipalista. Unidad, integración y autonomía territorial deben ser las bases que nos permitan definir el nacionalismo moribundo en el que nos encontramos, un nacionalismo que necesita ser reformulado para adaptarnos a las demandas de una sociedad con estos principios cada vez más arraigados. A nuestro entender, tenemos que dar formato de proyecto político a nuestra estructura de partido.
Suele achacarse a los jóvenes la inexperiencia como un hándicap a vencer, pero más que eso, estamos convencidos de que esa inexperiencia constituye la oportunidad de cambiar las cosas. Porque de no existir estaríamos condenados a una línea continuista en la que ya otros están sumidos.
En pocas semanas celebraremos el Congreso Nacional de Coalición Canaria, y en él se vaticinan grandes debates, y por que no decirlo, grandes disputas por ostentar el control del partido. Pero esperamos y confiamos en que podamos ir más allá para marcar un futuro inmediato en el que por encima de todo esté el interés de los canarios y el futuro de nuestra Tierra.
Esperemos que sirva para algo más que para ver qué isla tiene más o menos poder, o quienes son los que llegan con una estrategia bien articulada. Que realmente sirva para lo que debe servir un congreso: definir un proyecto que marque y sea capaz de asentarse definitivamente en la sociedad canaria y mejorar su futuro.