El cultivo de la viña es el que más contribuye junto con el plátano a mantener el paisaje de Canarias. No obstante, su superficie ha venido en los últimos años en claro retroceso como lo demuestra las fincas abandonas en el Espacio Protegido de La Geria y en el Monumento Natural del Volcán y Malpaís de la Corona, los dos en Lanzarote. También dicho cultivo ha experimentado una gran disminución en las islas de Tenerife y La Palma.
A nivel regional en el año 2010 se tenía registradas 8.651 hectáreas dedicadas a la viña para en el año 2022 bajar a 6.191, lo que hace que en apenas 10 años se hayan perdido más de 2.400 hectáreas. Quedaría por contabilizar las fincas de parras sepultadas por el volcán Tajogaite, así como las arrasadas por los incendios acaecidos últimamente en las islas de La Palma y Tenerife.
En Lanzarote, por poner un ejemplo a nivel de isla, se puede apreciar como de las 1.839,43 hectáreas que teníamos en el año 2002 se ha pasado a 1.448,03 en el 2022 (es decir, en veinte años se han perdido casi 400 hectáreas, a razón de 20 por año), según los datos recabados de las ayudas POSEI tramitadas por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de Lanzarote. Este descenso tiene lugar aún cuando se están haciendo nuevas fincas de parras, pues lo cierto es que con superficie no se llega a compensar la de las parcelas que se han quedado sin cultivar en el corazón de La Geria. Un sistema agrario único en el mundo que merece, hasta ahora negada, una especial atención para preservar su mantenimiento.
Este abandono se traduce en una evidente pérdida de paisaje que en islas como Lanzarote tienen una vital importancia económica porque es su principal atractivo turístico. Esta dinámica también se produce en otros cultivos como son el de las papas, tomates, cebollas… Para combatir esta tendencia se han adoptado medidas dirigidas a abaratar los gastos de explotación de diferentes cultivos. En esta línea se han hecho grandes esfuerzos y podemos citar las siguientes:
- Se ha incrementado de forma importante la ayuda por hectárea en el cultivo del tomate (24.000 euros/hectárea).
- Se ha fijado en los presupuestos del estado (16 millones de euros) para sufragar el coste del riego agrícola. Señalar que la viña en su práctica totalidad se cultiva en secano, por lo que no se beneficia de esta medida.
- Se ha aumentado a (20 millones de euros) la partida destinada a sufragar el transporte del plátano a la península.
Estas medidas han sido adoptadas por el Ministerio o la Consejería de Agricultura, unas veces vía Bruselas a través de modificaciones del POSEI y otras por nuevas partidas contempladas en los presupuestos estatales. Estamos totalmente de acuerdo con las mismas, dado que están siendo aplicadas con el objetivo de disminuir los costes de los cultivos para así procurar una renta digna a los agricultores.
Sin embargo, no ha sucedido lo mismo con la viña —en un evidente caso de agravio comparativo sobre todo como respecto a los viñedos tradicionales de secano—, al no recibir un apoyo económico en parecidas condiciones, por lo que se precisa un incremento de la cuantía de la ayuda recibida del POSEI, si queremos evitar el progresivo abandono que se está produciendo en toda Canarias, a pesar del incremento que ha experimentado el precio de la uva en las dos últimas cosechas.
Otro gran problema que tiene el sector vitícola es la falta de jóvenes, y acercarlos no es posible si antes no se ponen los medios para que dicho cultivo tenga una mínima rentabilidad que lo haga atractivo para los que se quieran iniciar en el mismo. Por todo ello, es necesario incrementar la ayuda a la viña para poder mantener un cultivo que embellece nuestro paisaje y constituye uno de los principales referentes turísticos de las Islas Canarias.