Mientras en Lanzarote y La Graciosa esperamos expectantes la construcción de una macro residencia que aumente el número de plazas residenciales para nuestros mayores, otras Comunidades Autónomas y Estados avanzan hacia unos cuidados de calidad, personalizados, que ofrecen dignidad y bienestar integral.
Desde 2006, con la conocida Ley de Dependencia, se promueve la figura de los asistentes personales y en el 2019 entra en vigor la Ley de Servicios Sociales de Canarias, donde se recoge la intención de ofrecer los mejores servicios posibles con el fin de que nuestros mayores permanezcan en su entorno vital el máximo tiempo y con los mejores cuidados.
Y me pregunto, ¿qué se ha hecho desde Lanzarote para promover otros modelos de cuidados alternativos a las macro residencias? ¿si le preguntásemos a nuestros mayores cómo y dónde quieren vivir sus últimos años, qué responderían? Probablemente la población mayor quiera estar en su hogar, con sus recuerdos, en un entorno conocido y familiar. En el caso de que esto no fuera posible, probablemente eligieran otros modelos de alojamiento alternativos más pequeños e individuales.
Lo que en ningún caso elegirían son las residencias en las que apuestan la mayoría de los responsables públicos que no tienen idea de políticas de dependencia. Estos políticos y políticas utilizan atajos publicitarios para hacer ver que están a favor de los cuidados de las personas mayores, pero sin preocuparse de estudiar mínimamente el modelo más adecuado para atenderlos. Tomar decisiones requiere de estudiar modelos alternativos, contrastarlos, evaluarlos y, en el caso de tomar una decisión, explicarlos. No es una cosa menor internar a una persona en una residencia, puesto que en cierta forma le estás privando de una parte de su vida.
En esta isla, ¿dónde están los servicios de asistencia personal? (que no es, ni de lejos, el simple Servicio de Ayuda a Domicilio); ¿dónde están los pisos tutelados para aquellos mayores que aún conservan ciertas facultades y no necesitan cuidados sanitarios que les exija un ingreso en residencia?; ¿dónde están esos modelos alternativos como el cohousing, el acogimiento familiar de personas mayores, el compartir la vivienda con estudiantes, por ejemplo, de carreras universitarias como enfermería? Simplemente no están porque la clase política actual es incapaz de imaginar un horizonte alternativo al actual. No hay estudio, ni ganas de innovar.
No pongo en duda que Lanzarote y Canarias necesitarán de más plazas de residencia en un corto período de tiempo. Lo que considero es que necesitamos un cambio en la visión de los cuidados que no nos haga rehenes de si una instalación se construye o no, o si la empresa adjudicataria no es solvente para prestar los servicios. Porque esta es otra, las macro residencias se construyen con dinero público, pero su gestión se licita para que las empresas privadas la gestionen. Todo muy normal.
Las diferentes administraciones públicas de la isla pueden y deben caminar hacia un modelo de cuidados integral centrado en las personas. Porque nuestros mayores se merecen permanecer en su hogar hasta el final. Se merecen los mejores cuidados individualizados. Se merecen que respetemos sus deseos de, incluso, una muerte digna.
La política y la gestión pública no pueden ser insensibles al sentir y la emocionalidad de las personas. Las decisiones se deberían llevar a cabo teniendo presente el bienestar integral de nuestro pueblo. Este bienestar siempre será mejor en su hogar que en un edificio frío y alejado, ¿no creen?
Daisy Villalba, Trabajadora Social y miembro del Comité Local de NC Teguise.