Opinión

Policarpo Delgado, sacerdote "embajador de Yé"

Se iniciaban los años sesenta, cuando Poli, sin cumplir aún los doce años, en compañía de otros muchachos de la isla: Benjamín (Ye), Lucas (Haría), Andrés (La Graciosa), Ponciano (Los Valles),  Manolín (Arrieta) y otros,  hasta un total de once, se van al Seminario Diocesano de Canarias en Las Palmas a la búsqueda de una formación integral que solo esta institución religiosa les podía aportar.

Desde sus primeros tiempos, afianzó su compromiso religioso y trabajó duro para conseguir una profunda  formación  intelectual  que le convertiría  en un gran humanista.   Poli ha sabido utilizar todo su torrente de sapiencia y preparación al servicio de los demás  en el sentido más amplio de la generosidad.

Del Seminario Diocesano de Las Palmas salió a Granada para ampliar y concluir sus estudios sacerdotales, ordenándose Diácono y tras finalizar su estancia en Roma fue ordenado sacerdote por el  obispo Infantes Florido.

La parroquia de Ingenio sería su primer destino,  en ese pueblo, y en mis tiempos de estudiante en  Las Palmas, junto a su hermano Manolo, iniciamos una gran amistad y he tenido de suerte de   compartir  todas las  grandes virtudes de este  teólogo y mejor persona; bautizos, bodas, sepelios, encuentros familiares (su familia es la mía), facilitador para hacer amigos, gran comunicador y mejor manejo en habilidades sociales. Recuerdo una frase suya de esa época: - "Juanito, en esta vida lo importante son las personas".

Su segundo destino, lo acomete en la localidad de  El Doctoral (Santa Lucia), "un paso hacia el sur", comentaba Poli, luego para la parroquia de San Juan en las Palmas. Terminada su labor pastoral aquí en esta parroquia, decide retomar sus estudios y vuelve a Roma donde se licencia en Teología y años después,  culminaría en esta emblemática  ciudad, sus estudios de Doctorado en Teología.

Regresa a Gran Canaria y es nombrado Rector del Seminario Diocesano  Provincial,  asumiendo otras responsabilidades como Vicario de la Ciudad, Director del Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias, Delegado del secretariado  de Apostolado Seglar. También es nombrado Director de la escuela de Formación Social, en todos ellos con alta dedicación y excelentes resultados. Para culminar esta  apresurada y repleta biografía, citar que el sacerdote Policarpo Delgado Perdomo  formó parte de la terna sucesoria tras el fallecimiento del obispo Echarren.

Este destacado sacerdote  de la Diócesis de Canarias, en sus viajes, siempre  presumió de su origen humilde  y de  pertenecer al pueblo más "económico en palabras  del mundo": Ye, para el que reivindicaba la "capitalidad"  de la isla en los momentos  de sana euforia de humor, virtud que manejaba con fina inteligencia y habilidad.

Tenía un gran corazón repleto de bondad, el lunes dejo de latir, nos dejaste a todos sumidos en una gran consternación, nos queda tu  gran legado, Poli. Desde Ye, Haría , Lanzarote, debemos de estar orgullosos de tener a este ilustre vecino, destacado sacerdote, gran teólogo, docente, investigador, humanista, comprometido con los más cercanos, solidario y generoso.

Por Juan Cruz  Sepúlveda