No parece lógico que en el año 2021 la educación sea para algunos un arma con el que buscar la confrontación y la división. Los valores que prevalecen por encima de cualquier modelo educativo deben ser reconocidos, y es intolerable privar a cualquier alumno@ de su acceso. El pin parental que desea implantar la extrema derecha, con la conformidad de otras formaciones, es un ataque al pleno desarrollo del menor. Amparada en una supuesta mayor libertad, se pretende que sean los padres quienes decidan, en su totalidad, los contenidos a los que acceden sus hijos. Lo cierto es que esta propuesta es contraproducente y puede poner en peligro el progreso de futuras generaciones.
La educación es quizás el pilar más importante de nuestra sociedad. Es lógico y sano que los modelos educativos sean supervisados constantemente para tratar de reforzarlos buscando siempre el pleno desarrollo de cada alumno o alumna. Pero si hay algo que hemos aprendido a lo largo de la historia de la humanidad es que el respeto, la tolerancia y la igualdad son valores universales que, independientemente de la ideología política, deben estar presentes en todos los ámbitos de la sociedad.
¿Se imaginan a un alumno al que se le prive de la posibilidad de acceder a contenidos en materia de igualdad? ¿O que un menor en fase de desarrollo no pueda asistir a una charla donde se fomente el respeto a todas las personas? En nuestra educación pública, los padres tienen la libertad de escoger ciertos contenidos para sus hij@s a la hora de escoger asignaturas. Pero sea cual sea la elección, la materia se fundamenta dentro de los valores universales que nos han hecho crecer y avanzar como país.
La educación es sinónimo de libertad y hacerla lo más efectiva posible requiere de un consenso de todas las fuerzas para que nuestro sistema sea mejor y se adapte a las circunstancias de cada momento, y siempre respetando los derechos de todas las personas. ¿Pin parental? Creo que la ciudadanía no merece que las instituciones y sus dirigentes pierdan más tiempo en debates vacíos.