Opinión

El penúltimo esfuerzo

La anunciada tercera ola de la COVID-19 ya campa entre nosotros y reclama un nuevo esfuerzo a la ciudadanía. No será el último, puesto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años advirtiendo de la llegada de pandemias como la actual, cuya presencia no sería más que una consecuencia lógica de los graves sucesos ambientales y ecológicos que se han desarrollado en el planeta en los últimos tiempos. Al final, estamos verificando que el tráfico de animales salvajes, la deforestación o las industrias de combustibles fósiles vulneran la salud de la población humana y empeoran la crisis sanitaria y ambiental.

 La combinación de la crisis de biodiversidad, el cambio climático y la presencia de eventuales pandemias —como la que ahora asola a la humanidad— nos exige que apartemos momentáneamente de nuestras vidas aquello que no es esencial. Todo indica que el futuro es cada vez más incierto y que tenemos que estar preparados para sucesivas crisis. Resiliencia, se llama. Así que para prevenir y afrontar adecuadamente posibles pandemias futuras, tenemos que luchar hoy contra el cambio climático y contra la pérdida de biodiversidad. Estas dos tareas son esenciales y requieren de nuestro esfuerzo continuado.

 Durante las próximas semanas nos corresponde cuidarnos y cuidar, protegernos y proteger observando escrupulosamente las normas sanitarias, hasta tanto se extiende el proceso de vacunación. Pero, al mismo tiempo, todos debemos ir empujando a nuestro país para acelerar la transición ecológica de la economía, evitando así las graves consecuencias para la salud pública y la sostenibilidad ambiental que se derivan de las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que alimentan el calentamiento global y el cambio climático. 

El empuje colectivo también debe ir encaminado a revertir la pérdida de biodiversidad terrestre y marina, y disminuir el consumo de recursos no renovables, para mantener y restaurar la riqueza de nuestros ecosistemas. Todos debemos estar comprometidos a incorporar a nuestro día a día los principios rectores de la sostenibilidad, como son la consideración de los límites planetarios como condición del progreso económico, y los principios de precaución y de no regresión en la preservación de nuestro capital natural. 

Como es lógico, el compromiso colectivo debe verse correspondido por los gobernantes. La repuesta la tenemos en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española —o Plan España Puede—. Este Plan no sólo va a contribuir decisivamente a reactivar nuestra economía, sino que va a sentar las bases de los profundos cambios que se avecinan al contemplar cuatro áreas de acción que son prioritarias: la transición ecológica, la transformación digital, la igualdad de género y la cohesión social y territorial. El penúltimo esfuerzo que nos pide la vida en La Tierra va a ser largo en el tiempo. 

 

Fco. Manuel Fajardo Palarea, senador del PSOE por Lanzarote y La Graciosa.