Medio Ambiente en Lanzarote dejó de existir el día que Enrique Perez Parrilla (PSOE) asumió las competencias provenientes del Gobierno de Canarias. A partir de ahí solo existió la cuestión urbanística como único foco de atención medio ambiental. Este asunto de profundísimo calado nunca ha recibido la atención social e institucional que se merecería, mucho menos política. La realidad tal vez demuestra que lo mejor sea devolver esas competencias ante la absoluta incompetencia del Cabildo, y desde ahí retomar el tema. En todo eso y como ejemplo, el Parque Natural del Archipiélago Chinijo, que quedó aparcado en el limbo del tiempo, sin gestión de ningún tipo. Hasta el extremo de ser revocada su protección por una sentencia judicial. Esta irresponsable dejación retrata no solo al PSOE, sino al PIL, COALICIÓN CANARIA y PP. No sé si es a esto a lo que se refiera la Presidenta con depurar responsabilidades por lo del rally.
En realidad la consejera Elena Solis, la “irresponsabilidad” que ha cometido es recordar que el tal Medio Ambiente es una realidad tangible, social e internacionalmente reconocido y que el Cabildo de Lanzarote tiene la responsabilidad de su gestión. Andaban tan despistados con este asunto, lo consideraban tan menor que lo dejaron en manos de Podemos.
Y ahora despiertan del letargo de décadas de dejación y decadencia, y comprueban que ese tal Medio Ambiente lo es todo. Y que todos sus bisnes, mamoneos, influencias y demás pueden estar en riesgo, si alguien, irresponsablemente para ellos, se dedica a aplicar las normas. O simplemente, a ponerlas sobre las mesas donde se negocian los asuntos socio-politico-económicos de la volada conejera.
Si la Presidenta encargara un estudio serio e imparcial de cual ha sido la actitud y ejercicio de las responsabilidades de su partido en cuanto a la gestión que se le encomendó al Cabildo con las asumidas transferencias de Medio Ambiente, posiblemente se vería en la necesidad de dimitir y disolver el partido en Lanzarote. Pero claro, en vez de mirarse en el espejo de los propios errores, mirará para los otros y concluirá “yo soy mas guapa”. Y así seguiremos en esta eterna brega de quién es el menos inútil de los inútiles en gestión medioambiental. Como si eso existiera.