Un total de 2.319 inmigrantes y 11 patrones de pateras fueron detenidos hasta agosto cuando intentaban alcanzar las costas de Canarias a bordo de 96 barquillas, según informó este martes el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. La ...
Un total de 2.319 inmigrantes y 11 patrones de pateras fueron detenidos hasta agosto cuando intentaban alcanzar las costas de Canarias a bordo de 96 barquillas, según informó este martes el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. La isla de Gran Canaria se ha colocado este año a la cabeza de las zonas españolas afectadas por el problema al recibir 44 embarcaciones. Ceuta ha recibido 42 barquillas, seguida de Granada, 40; la isla de Fuerteventura, 38; Cádiz, 36; Almería, 28; Málaga, 21; Melilla, 16; Lanzarote, 9 y Tenerife, 5. En el conjunto de España, un total de 6.361 inmigrantes intentaron alcanzar las costas del país en los primeros ocho meses de este año, lo que supone un descenso del 37% con respecto al mismo período del 2004, destacó el departamento del Gobierno español. Estos son los datos, datos que amplía este diario en su edición de hoy.
En primer lugar, cualquiera que trate de analizar la evolución del fenómeno de la inmigración irregular se dará cuenta de que en lo que afecta a Canarias, especialmente a las dos islas más castigadas, Lanzarote y Fuerteventura, no ha sido tal. Más bien al contrario, se podría hablar de una involución.
Durante los ocho años de gobierno del Partido Popular (PP) las dos islas orientales del Archipiélago se convirtieron en centro de operaciones de las mafias que controlaban el tráfico de seres humanos desde el continente próximo, especialmente desde Marruecos. Las malas relaciones con el reino de Mohamed VI y la excesiva preocupación por dotar de medios al sur de la Península para blindar el Estrecho de Gibraltar provocaron una verdadera desatención de Canarias, lugar que se convirtió en el centro de las peores y más dramáticas imágenes de las muchas que puede ofrecer algo tan terrible como es la búsqueda de una nueva vida por parte de estos desesperados seres humanos.
Con absoluta objetividad, sin partidismo alguno, hay que reconocer que desde que el Partido Socialista (PSOE) llegó al poder el descenso en la llegada de inmigrantes irregulares, especialmente a través de pateras, ha sido espectacular. No es que lo diga este diario, lo dicen las cifras y lo dice el sentido común de toda la gente que habita por estos lares, donde llegó a no ser noticia que una barquilla llegara cargada de inmigrantes a sus costas.
En primer lugar, hay que ser justos y reconocer que el giro dado en las relaciones con Marruecos ha sido sin duda alguna la razón fundamental de que se reduzca la salida indiscriminada de inmigrantes. Se ha demostrado que cuando los marroquíes han querido ejercer un control más férreo sobre las mafias éstas lo han tenido mucho más difícil, lo que no quiere decir que no lo hayan seguido intentando. En segundo lugar, el Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero ha dedicado más medios y más ganas a combatir el fenómeno, lo que se ha traducido en los resultados que ahora todos conocemos.
De todos modos, desde la Administración central no se debería bajar la guardia. Deberían tener en cuenta que las mafias siguen ahí y que están buscando otras fórmulas y otros destinos. Las pateras están dando paso a los barcos, tanto o más peligrosos y mucho más difíciles de controlar.