Lío en la pescaVa siendo hora ya de que las autoridades competentes en la materia, sobre todo el Gobierno regional, salgan a explicar con detalle qué está sucediendo en torno a un sector que no hace demasiados años era el ...
Lío en la pesca
Va siendo hora ya de que las autoridades competentes en la materia, sobre todo el Gobierno regional, salgan a explicar con detalle qué está sucediendo en torno a un sector que no hace demasiados años era el sustento de la mayoría de las familias de Lanzarote.
Esta semana se ha caracterizado por el cruce de declaraciones entre aquellos que entienden que se está engañando a los profesionales que trabajan en la pesca -pocos pero esperanzados- y los que defienden que todo marcha como estaba previsto, cumpliéndose con las expectativas generadas una vez que Marruecos dijo que ya se podría faenar en un banco que en teoría no debería pertenecerle, el canario-sahariano.
Desde que en 1999 Marruecos -con la absoluta connivencia europea y del por entonces nefasto comisario de Pesca, el austriaco Franz Fischler- decidiera no renovar el acuerdo que permitía faenar a la flota española en un lugar ciertamente privilegiado para la captura de numerosas especies marinas, el sector pesquero ha sufrido una caída en picado hacia el abismo. El objetivo que se perseguía, que no era otro que el desmantelar la que era la segunda flota pesquera más importante del mundo después de la de Japón, se consiguió. En Lanzarote todavía subsistieron unos cuantos valientes que no se lanzaron al desguace rápido, fácil y bien pagado. Fueron los que sin embargo hicieron mejor negocio, puesto que la pesca sigue siendo hoy por hoy y mientras los seres humanos sigamos consumiendo pescado una buena forma de ganarse la vida.
Pasaron los años y llegó el esperado anuncio: Marruecos va a permitir que la flota española regrese al viejo caladero. Esta circunstancia, unida a la promesa del Gobierno central de que se haría un justo reparto de licencias, animó a muchos empresarios del sector que se lanzaron a construir nuevos barcos.
Si se tiene en cuenta la información que han manejado los pescadores de La Santa, con el concejal de Pesca del Ayuntamiento de Tinajo, Cristóbal Olivero, a la cabeza, podría haberse engañado a parte del sector porque no era tan brillante el oro como lo pintaban. Si se tiene en cuenta la información que han manejado en el Cabildo, con el consejero, Marcos Páez, a la cabeza, no debe cundir la alarma y esperar a que todo transcurra como estaba previsto.
Tengan razón unos y la tengan otros, lo más lógico sería que se ofrecieran explicaciones oficiales al respecto, tanto por la Administración central como por la autonómica, porque tampoco sirve que unas voluntariosas diputadas como las socialistas Olivia Cedrés y Manuela Armas le cuenten al secretario general de su partido, Manuel Fajardo, que todo está bien. El sector, y todos los ciudadanos a los que les preocupa lo que pueda ocurrir con él, merecen una explicación mucho más concienzuda y detallada, con datos reales sobre la mesa, con fechas y con objetivos a cumplir a corto plazo.