El Gobierno de Canarias lleva años engañando a la población canaria en asuntos de energía.
Hay que descubrirles sus trampas y mentiras. La población tiene que empoderarse
Si las fuentes de energía renovables son gratuitas ¿por qué, entonces, permitimos que se adueñen de ellas y que los oligopolios eléctricos se enriquezcan a costa nuestra? Tenemos que ser los dueños de nuestros contadores.
¿Creemos aceptable que, después de 27 años de CC gobernando estas Islas, no tengamos un Plan Energético para Canarias? Si el Gobierno no toma las decisiones en esta materia, ¿quién las está tomando? Pues el oligopolio que controla el mercado eléctrico en Canarias: la multinacional italiana EON (antes Endesa-Unelco) y quien transporta la energía, Red Eléctrica Española (REE).
La posibilidad más salvaje del mercado se produce en Canarias en materia de energía. Ponen normas, exigencias y precios, a nivel de Estado y en las islas.
Ellos se lo guisan, ellos se lo comen, con la ayuda de CC y todo a costa de nuestros bolsillos.
¿Cómo nos podría explicar el Gobierno que haya subvencionado una treintena de proyectos de geotermia de baja y media entalpía a hoteles y centros comerciales, para que se ahorren sus dueños hasta un 25 por ciento de la factura eléctrica y, sin embargo, no se haya hecho instalación alguna en los centenares de edificios públicos de Canarias para reducir dicha factura eléctrica y repercutir este ahorro, por ejemplo, en políticas sociales? La factura eléctrica de un hotel equivale a los costes de su plantilla, aproximadamente.
Nos dicen que estamos en un periodo de transición de fósiles a renovables. En Canarias no producimos electricidad con carbón, ni con energía nuclear y, por tanto, no necesitamos suplirlas por otra energía fósil como el gas.
Y sin embargo, Clavijo y sus socio, siguen empeñados en permanecer en la Edad del Fuego, intentando instalarnos 3.000 km de tuberías.
José María Marín, presidente de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia, hace unos días, en el Congreso de los Diputados, negaba la posibilidad de instalar el gas en Canarias porque era deficitario. Y no estaba dispuesto a cargarlo en el peaje de los consumidores de gas peninsulares, como pretende el insolidario Consejero de Industria, Pedro Ortega.
El modelo actual, sea con fósiles o con renovables, es un modelo donde se produce la energía de forma concentrada en pocos puntos, propiedad de los oligopolios, ya sean motores de fuel, aerogeneradores o placas fotovoltaicas.
Son los dueños de nuestros contadores y, por tanto, ponen las condiciones a los gobiernos y a los consumidores. Un ejemplo gráfico: la isla de La Palma, isla platanera por excelencia, paga en factura eléctrica tanto dinero como el que entra en la isla por la venta de plátanos.
En el caso concreto del agua y la energía, tenemos que apostar porque este binomio vaya unido indefectiblemente a las energías renovables.
Extraer, desalar, potabilizar, transportar, depurar y reutilizar el agua tiene que hacerse con energías renovables. No podemos permitirnos que los Consejos Insulares de Aguas y las organizaciones de agricultores y comunidades de regantes sean los principales clientes del oligopolio eléctrico en Canarias.
Estamos asistiendo a un crecimiento exponencial, subvencionado, de eólicas y fotovoltaicas, en sistemas eléctricos que, como el de la isla de Tenerife (aunque algo similar ocurre en Gran Canaria), la demanda mínima está en torno a 270 Mw en horas valle y la demanda máxima en torno a los 530 MW.
Sin embargo, en estos momentos, la potencia instalada de eólica en Arico y Chimiche llega a los 505 MW y la fotovoltaica prevista en el ITER es de 350 MW, un sistema eléctrico sobredimensionado. Y, además debemos tener en cuenta que entre el 8 por ciento y el 10 por ciento de la energía transportada se pierde en el camino.
Las medidas para seguir concentrando la producción de energía en pocas manos, instalando aerogeneradores a mansalva en suelo rústico, han venido facilitadas por la Ley del Suelo, prioridad del gobierno de Clavijo en esta legislatura.
La eólica inyectada a la red durante el año en curso no llega al 9 por ciento y, sin embargo, el Gobierno no tiene empacho en hablarnos de una producción del 20 por ciento.
Nos mienten y ni se sonrojan.
Canarias esta sobrada de energías renovables desaprovechadas: sol, viento, mares, volcanes.
Sol y viento en todas nuestras azoteas. Mares que circundan más de 7.000 kilómetros de costas, con múltiples corrientes. Posibilidades de Geotermia de alta entalpía para aplicarla a Tenerife, La Palma, Gran Canaria, Lanzarote y su conexión con Fuerteventura.
La geotermia de alta temperatura es la joya de la corona en materia de energía, duradera para los próximos siglos. Una inversión rentabilísima, de propiedad pública, que nos haría soberanos energéticamente en el mix de las renovables, como la auténtica energía de respaldo, cuando fallen las otras o no haya suficiente energía acumulada.
Por eso desde Podemos Canarias apostamos por un nuevo modelo energético, en el que los consumidores podamos ser productores e incluso volquemos a la red el excedente.
Un modelo donde, al no haber transportes largos, no haya pérdidas. Un modelo, donde mediante fotovoltaicas, que debieran ser subvencionadas, o mediante utilización de geotermia de baja y media entalpía, podamos satisfacer nuestra demanda energética, democratizar la propiedad de las fuentes de energía y ser, en definitiva, dueños de nuestros contadores.
Las mentiras del Gobierno tienen las patas cortas.
Las renovables de generación distribuida son nuestra meta a conquistar como sociedad.
La lucha por la propiedad de los contadores es desigual. Pero somos mayoría, tenemos el tiempo y la razón de nuestra parte.
Y vamos con firmeza en la dirección adecuada.
Manuel Marrero Morales
Diputado del Grupo Parlamentario Podemos Canarias
Candidato por Tenerife de Podemos Canarias al Parlamento