Opinión

Las tentaciones del PIL

José Miguel Rodríguez y Ubaldo Becerra ya han dejado de ser concejales del Ayuntamiento de Arrecife, y el PIL ha pedido disculpas públicas. Han pasado ocho meses, pero por fin se podría hacer la lectura de que el mensaje de la ...


José Miguel Rodríguez y Ubaldo Becerra ya han dejado de ser concejales del Ayuntamiento de Arrecife, y el PIL ha pedido disculpas públicas. Han pasado ocho meses, pero por fin se podría hacer la lectura de que el mensaje de la ...

José Miguel Rodríguez y Ubaldo Becerra ya han dejado de ser concejales del Ayuntamiento de Arrecife, y el PIL ha pedido disculpas públicas. Han pasado ocho meses, pero por fin se podría hacer la lectura de que el mensaje de la Operación "Unión" sí ha calado, al menos en parte.

Sin embargo, y a la luz de la rueda de prensa ofrecida por los Independientes de Lanzarote, también se podría entender todo lo contrario. Porque además de pedir disculpas "si alguno de los miembros del partido ha obrado mal", en esa comparecencia también desplegaron su tradicional discurso, volviendo a presentarse como víctimas y cargando contra los medios de comunicación, contra los adversarios políticos e incluso contra la operación policial de la UCO, planteando que fue desproporcionada.

Además, y lejos de desmarcarse definitivamente de Dimas Martín, defendieron su trayectoria y se declararon "orgullosos de su legado". Del legado de un condenado por malversación de fondos públicos y varios delitos más en distintos juicios, e imputado en la Operación "Unión", que le señala como el cabecilla de una trama destinada al cobro de comisiones ilegales.

Evidentemente, la papeleta que tenía el PIL el pasado martes no era fácil. De hecho, les ha costado más de medio año hacer una valoración pública tras esta operación que ha salpicado a su líder y a muchos de sus cargos públicos y militantes. Y ante esta situación, algunos miembros del partido apostaban por una mayor contundencia, que finalmente no se vio. Y es que difícilmente iban a "romper amarras" con Dimas Martín en la rueda de prensa en la que presentaron a su hijo Fabián, también imputado en la Operación "Unión", como nuevo líder del partido.

Ubaldo Becerra y José Miguel Rodríguez, a cuyas dimisiones se esperó para comparecer entre los medios, parecen haberse convertido en los "cabezas de turco" para el partido. Hace sólo unas semanas sus votos sirvieron al PIL, al PP y al PNL para presentar una moción de censura en Arrecife y convertir en alcalde a Cándido Reguera pero, ahora, en su partido ya admiten que ambos reconocieron ante el juez haber cometido "una actuación grave en su actividad pública". Ya es algo.

Sin embargo, aunque en estos términos sólo se habló de ellos, lo cierto es que Becerra y Rodríguez no son ni los únicos ni los que se enfrentan a acusaciones más graves dentro de la Operación Unión. A otros miembros del partido, como Matías Curbelo, mano derecha de Dimas Martín, incluso se le detuvo "in fraganti" cuando cobraba una comisión ilegal, como él mismo confesó después ante el juez.

La comisión en cuestión, que fue sólo una de las destapadas durante más de un año de investigación, ascendía a 100.000 euros. Pero para el PIL, el trabajo de los agentes de la UCO, del Juzgado de Instrucción Número 5 de Arrecife y de la Fiscalía sólo detectó "el cobro de algunas comisiones de pequeña cuantía". Fue una de las perlas y contradicciones de esa comparecencia, en la que llegaron a afirmar que el sumario de la Operación "Unión" parece más bien una "novela del corazón o un salsa rosa". Es la particular lectura que hacen de un sumario que, para la mayoría, es un retrato espeluznante de la corrupción que se ha enquistado en la isla.

"La política no es un mundo fácil, existen muchos intereses y muchas tentaciones que interfieren en la labor de un cargo público". Ésa fue quizá la frase más célebre pronunciada en esa rueda de prensa, ante la que uno no sabe si crear una ONG por los pobres y sufridos políticos sometidos a tentaciones, o suplicar a la UCO que se instale definitivamente en Lanzarote.

Según explicaba después el propio portavoz del PIL, Manuel Cabrera, en declaraciones a Radio Lanzarote, lo que querían decir es que "desde que uno accede a un cargo público, empiezan a hacer ofrecimientos, a hacer cosas". Algo a lo que agregó una frase que, curiosamente, es la esencia de lo que ha venido a mostrar la Operación "Unión": "El sistema está viciado desde hace mucho tiempo".

Por eso, ante esto no se trata de evitar o no la "tentación", sino de denunciarla acudiendo a los tribunales, y también de ser contundente con las personas que cometen delitos. Algo que está muy lejos de utilizar a condenados como guías espirituales en las instituciones, y de defender su "legado".

Efectivamente, como sostuvieron desde el PIL, "como humanos que somos todos podemos errar". Pero una cosa es errar, y otra cosa es exigir comisiones ilegales a los empresarios para adjudicarles servicios o pagarles facturas que se están reteniendo deliberadamente, o intentar amañar la adjudicación de un Plan General. Errar es de humanos, pero delinquir es de delincuentes. Y no todos son susceptibles de caer en eso, o al menos no deberían serlo. De lo contrario, el sistema está mucho más que viciado.