Opinión

La vuelta a clase

Atrás quedaron las vacaciones veraniegas y las fiestas agosteñas. De súbito aparecen por las calles los estudiantes con carpetas. Las academias de repaso no dan abasto. Los exámenes de recuperación y las compras de materiales para ...

Atrás quedaron las vacaciones veraniegas y las fiestas agosteñas. De súbito aparecen por las calles los estudiantes con carpetas. Las academias de repaso no dan abasto. Los exámenes de recuperación y las compras de materiales para el nuevo curso copan la atención estos primeros días de septiembre. Estamos ante el inicio del mes más temido por las familias. Tras los consabidos excesivos gastos vacacionales, aún mínimos o ahorrativos, seguidamente y con el bolsillo vacío, nos metemos en los abusivos costes de libros de texto, uniformes y materiales sin respiro para la recuperación de la resentida economía doméstica.

A mi me parece que las vacaciones estudiantiles son demasiado largas -la mayoria de niños y jóvenes se aburren en el tramo final del período vacacional- que el cambio o vuelta a la normalidad es demasiado brusco y la improductividad de agosto causa estragos en septiembre en muchisimas familias. Son los fallos de nuestro sistema económico neoliberal,capitalista y eurooccidental. Por si fuera poco, se suma para empeorar la situación, el precio actual de los libros de texto y el coste de materiales. Ya no solo resulta exagerada la habitual subida anual -un 3, 5 por ciento tan hostil como la subida de impuestos que proyecta el Gobierno- sino el elevado montante global total, que oscila entre los mil euros y los trescientos. Siendo la enseñanza privada, de centros especiales como internados y religiosos, la más cara.

Pero esto no es lo más grave. Somos el único estado europeo con semejantes abusivos precios en nuestro sistema educativo. A diferencia de otros países en los que los libros de texto son totalmente gratuitos.Resulta significativo que no trascienda socialmente el intenso y viejo debate de la gratuidad o no de los libros de texto. Al parecer, múltiples intereses privados de índole variada -económicos, editoriales, - impiden que los libros gratis sean una realidad como en otros estados de la UE. Parece que sólo seamos europeos para algunas cosas. Es curioso que la Administración argumente -no sólo la actual, tambien las anteriores administraciones públicas- que no hay suficientes presupuestos para Sanidad -Hospitales y Centros de Salud- y Educación -colegios e institutos, mayormente-; cuando se despilfarran millones en mantener tropas en Afganistán y Haiti y se suben nuestros políticos los sueldos a cotas elevadísimas aprobando una pensión cuantiosa de por vida para quienes han sido parlamentarios durante dos legislaturas, la mayoría sin haber intervenido en al menos una sesión y sólo por darle al botón del voto. ¡Qué morro!

Siendo la Educación y la Sanidad o Salud los principales pilares de la sociedad, los prioritarios; es una vergüenza que se recorten discriminadamente presupuestos para éstas imprescindibles áreas y se aumenten exageradamente las dotaciones en otras parcelas como Ejército, Moncloa,Cortes. Asi, jamás lograremos la gratuidad de los libros de texto, medida que los padres y los estudiantes reclamamos. Estoy seguro, que reajustando por prioridades la recaudación de impuestos y exigiendo a los políticos humildad y austeridad, podría ser posible la gratuidad de libros de texto. Disminuir los costes del envioy mantenimiento de tropasa conflictos externos, reducir el gasto armamentístico y el que nuestros políticos se rebajen sueldos, dietas y pensiones; todo ésto permitiría un ahorro con el que sufragar la Educación y la Salud.

Desgraciadamente no interesa a la clase política porque vería mermados sus ingresos y afectados sus intereses. Mientras la jerarquia oligárquica y las cúpulas de poder de la partitocracia viven en la opulencia aunque con cinismo e hipocresía, el pueblo sufre precariedad y dificultades para llegar a fin de mes. Sobre todo ahora en septiembre, por culpa de la vuelta a clase.

Que le pregunten a los padres de familias medias y humildes en vez de a los poderosos a quienes les importa un carajo la gratuidad de los libros de texto. ¡Gajes de la vuelta a clase!

Josep Esteve Rico Sogorb

Escritor y periodista