Opinión

Jubilación de un cartero rural auténtico.José Antonio Cedrés

La centenaria cartería rural de Mácher cierra sus puertas al tiempo que se jubila el último cartero. La cartería de Mácher  ha jugado un importante papel social  cercano al siglo, y con ello se  cierra también un trozo de identidad. Disponemos de datos sobre lugares donde se ejerció este servicio público de mensajería. El cartero Antonio Urbín Díaz combinaba su trabajo de  herrero en un local que aún persiste  en el camino de La Calderina. Al ser llamado a filas  a la Guerra Civil Española, le sustituyó  interinamente el tendero Antonio Cedrés  Viñas (padre de José Antonio), desde 1936 hasta el año 1939. Jubilado Antonio Urbín, ocupa la plaza de cartero  Marcial Hernández Saavedra, en una casa de la carretera general, propiedad de Juan Rodríguez Romero. Marcial era zapatero de larga tradición familiar y  además era un reconocido matarife en el pueblo que ayudaba a matar reses domésticas a los vecinos. Marcial  atendió el servicio de reparto de cartas  a pie y a burro durante casi cuarenta años.

A comienzos de los años ochenta, tras su jubilación, asiduo cliente de la tienda de José Antonio, Marcial lo anima para que cogiera el servicio vacante de correos. Se hacen consultas ante la  Jefatura Central de Correos y, tras cerciorarse sus colegas más cercanos, el de Yaiza y el de Tías, Cedrés Medina toma posesión como cartero de Mácher  un 23 de marzo de 1981. Desde pequeño  tenía vínculos con la comunicación. En su casa, además de la tienda, la compañía Telefónica Nacional de España había puesto en el año 1965 el primer  teléfono público. Toñito  llevaba los telegramas  a los muchos cosecheros-exportadores  de tomates y cebollas que había en el pueblo, de los cuales solía recibir alguna recompensa extra por el mandado.

"El traspaso de poderes" se efectuó el mismo día y recibió un buzón, un cartel de correos y un matasellos. Habilitó  una antigua cuadra  como oficina y la comunicó con la trasera de la tienda y en un periodo corto de tiempo, lo vecinos de Mácher dejaron de ver a Marcial y a su burra "Mariola" por un cartero más veloz motorizado en  una "Honda 70". La tipología de la correspondencia de aquellos años iba desde las cartas de novios y novias, cartas de la mili, venta por catálogo, Círculo de Lectores, alguna escasa suscripción al Eco de Canarias, cartas bancarias de comerciantes, hasta el pago  a los pensionistas con el subsidio mensual. Su primer sueldo como cartero ascendió a 10 621 pesetas.

Desde el primer momento que recibió la primera saca de cartas, que le llegaba en la guagua de Pepe Cedrés al mediodía, descubrió que le gustaba su trabajo y sentía inquietud por ir a repartir la correspondencia y la oportunidad de compartir con los vecinos. "Si el oficio de cartero fuese solo meter cartas en los buzones, yo no hubiese sido cartero"- puntualiza José Antonio-. Salía desde el mediodía y volvía al atardecer, hablaba con todo el mundo aunque no le dejara cartas, se sentía realizado compartiendo, hablando, interesándose por los mayores, para muchos era la única oportunidad de hablar. Se interesó por los nuevos vecinos que iban llegando al pueblo, agregándoles amistad. El pasar por las veredas, caminos que había recorrido de niño, le producía  altas satisfacciones  de gozo,  al repetirlo día tras día. Era un privilegio de libertad, fortuna y satisfacción, divertirse haciendo su trabajo.

Por eso, su hijo Toñito, en el último día de trabajo, usando los medios de comunicación de la "competencia"  o sea, un email y  el Facebook, le dedicó este post: "¿Quién no ha pasado por Mácher y ha visto esta peculiar imagen? Siempre en su Honda 70 durante 38 años al servicio del pueblo que dan para muchas vivencias? Hoy no es un día fácil para él, no quiere que llegue este momento?su trabajo no es trabajo, es su forma de vida! Cómo a él le gusta ser, parándose en cada casa y detener el tiempo hablando con cada vecino, entendiendo la importancia de cada  carta que hace llegar al destinatario?No olvidaremos esta imagen, pero ahora toca disfrutar de otra etapa de tu vida?

¡Feliz jubilación Cedrés!"

 

Juan Cruz Sepúlveda