No quería decir nada porque algunos pueden pensar que lo hago políticamente, pero me veo en la obligación de hablar o más bien de escribir sobre este evento, San Patricio, y la privatización que han hecho del mismo, quizás por falta de interés o las pocas ganas de trabajar de unos y la oportunidad vista por otros.
San Patricio es un evento irlandés que se recuperó en 2013 dentro de la feria “La Tiñosa el sabor de la Tradición”, bajo mi dirección. No fue fácil llevarlo a término, en especial porque se hacía sin ánimo de lucro con el apoyo técnico del Ayuntamiento. Así me tocó gestionarlo en 2013, 2014 y 2015.
Luego llego mi época al frente de la Concejalía de Turismo de Puerto del Carmen, 2016, 2017, 2018 y 2019.
A lo largo de estos siete años, siempre conté con el apoyo de la comunidad irlandesa con la cual trabajé codo a codo (algunos ya ni siquiera están con nosotros pero quedó su huella).
Se compró y donó un santo a la iglesia de La Tiñosa, que a día de hoy sigue ahí, y que, además, ahora puedo contar que el santo compartió hogar conmigo durante meses hasta que pudo colocarse en la iglesia.
Y, entre los muchos cafés y alguna Guinnes que otra, nació una idea loca de crear un campeonato de Hurling, deporte tan tradicional para ellos como la lucha canaria para nosotros que, además, lo íbamos hacer en la playa.
Quizás Lanzarote sea el único lugar del mundo donde jugamos al Hurling en la playa, adaptando las medidas del terreno, número de jugadores y tiempo a la nueva superficie de juego.
Algunos irlandeses me trataron de loco cuando propuse semejante idea, pero ¿saben qué? Salió adelante e incluso vinieron equipos desde Irlanda, patrocinados por los bares. Cada bar tenía su equipo y pasamos una mañana increíble jugando. Es más, yo mismo jugué y probé lo que se siente al recibir un buen golpe con el stick.
Sin duda fueron grandes eventos durante los años que estuve al frente y, a pesar de lo difícil que se hizo al principio, todo salía, en especial la mezcla de culturas entre irlandeses y nosotros, así como el resto de nacionalidades que conviven en Lanzarote o simplemente nos visitan.
Llegué a recibir la carta del presidente de Irlanda agradeciendo el esfuerzo. No el mío, sino el de todos los implicados cada año en poner en valor la cultura irlandesa y a la isla de Lanzarote por la cálida acogida a la comunidad irlandesa.
Nuestro lema era: “Sé irlandés por un día. Disfrutemos de su cultura, de su música y cómo no de su gastronomía y de su cerveza patria, esa deliciosa Guinnes”.
La multiculturalidad de un destino no se trata de celebrar un San Patricio con una parranda canaria y unas papas arrugadas o, como este año, dejando de lado a grandes músicos y bandas irlandesas que conviven con nosotros para traer, a base de dinero, a bandas tributo de otras localidades y que nada tienen que ver con la cultura irlandesa (como puede ser un tributo inglés a Queens o el tributo a Tina Turner).
No le quito valor, pero nada tienen que ver con Irlanda.
Durante los primeros años me tocó trabajar con los irlandeses para hacerles ver que celebrar San Patricio no se trataba de ganar dinero ese día sino de crear una marca, aunque se perdiera dinero ese día el destino ganaba en valor durante el resto del año.
Y ahora resulta que todo ese trabajo, de un momento a otro se descompone, se da la gestión a una empresa privada, y además se hace de manera directa, sin licitación pública, y que nada más llegar impone criterios y normas tan variopintas como que todos deben trabajar con la misma cerveza.
De repente aparecen negocios que son invitados ‘en plan amigo’, sin criterio alguno, no ha habido ninguna convocatoria ni invitación salvo la que se hace ‘en plan amigo’.
Y lo peor es que todo se hace a base de dinero público. Seguramente nunca sabremos cuánto nos va a costar porque la transparencia desaparece en cuanto el dinero viene de muchas administraciones. Pero pueden estar seguros de que será mucho más de lo que se gasta en fiestas de nuestros pueblos o incluso mucho más de lo que se gastará en el Día de Canarias y quizás incluso más de lo gastado en el pasado Carnaval de Puerto del Carmen.
Atrás queda la implicación de muchos irlandeses que durante años han colaborado de una manera o de otra que, además, vemos cómo en redes sociales la mayoría de la comunidad irlandesa dice a sus a sus amigos que la fiesta en la plaza es una fiesta de conciertos que nada tiene que ver con San Patricio, apenas música irlandesa, y que si quieren pasar un día auténtico irlandés disfruten de cualquier bar, ahí tendrán verdadera música, gastronomía irlandesa para todos los públicos.
Sin duda, se trata de ser irlandés por un día no que el irlandés baile un sorondongo, pero algunos no lo entienden o no quieren entenderlo y se empeñan en hacer ver que el enfado masivo de la comunidad irlandesa en redes lo resumen con la siguiente frase: Los irlandeses no nos quieren.
La realidad es que lo único que pretenden es que conozcamos y disfrutemos de su cultura, su música y su gastronomía.
Sin duda, este será el primer año que no comparta una Guinnes en el Varadero aunque mi ausencia y la de muchos será cubierta por muchas otras personas que disfrutarán de dos días de música y gastronomía variada.
El lunes veremos fotos con mucha gente ahí abajo y a las administraciones organizadoras vendiendo el evento con un gran éxito de participación, sin tener en cuenta la brecha ocasionada nuevamente entre la comunidad irlandesa y nosotros. Pero, ¡qué más da, mañana será otro día!