Opinión

Grandísimo mono

Cuestión de prioridades. El inefable Congreso de losDiputados (que mantenemos con nuestros religiososimpuestos) se aplica hoy a entretener su erráticaactividad considerando la conveniencia de convertir ...

Cuestión de prioridades. El inefable Congreso de los

Diputados (que mantenemos con nuestros religiosos

impuestos) se aplica hoy a entretener su errática

actividad considerando la conveniencia de convertir al

país en socio del filantrópico Proyecto Gran Simio.

De momento, lo de menos, por supuesto, es si se

terminará finalmente incluyendo a los gorilas en la

Seguridad Social, si se dispensará a las orangutanas

de entrar vestidas en ciertas discotecas, o si se

promocionará el uso del preservativo entre los

chimpancés. Lo más incomprensible es que sean

precisamente los mismos diputados y diputadas que

hasta la fecha se han distinguido por la frialdad con

que han acordado la legalización del sanguinario

aborto criminal, por su innoble permisividad frente a

las atroces circuncisiones rituales impuestas a la

infancia o por su cobarde actitud al aceptar pactos

con el terrorismo, quienes se encuentren en trance de

enternecedora y consciente reflexión ante la penosa

melancolía que puedan experimentar los micos de los

zoológicos.

La piojosa mona de Gibraltar, con todo, excluida desde

un principio de tan franciscano y compasivo proyecto

parece que se encuentre cada vez más obsesionada por

no poder aspirar, por ahora, a subvención

gubernamental alguna... Pues bien, ya que en este

enrevesado y barroco escenario una nueva sensibilidad

parece completamente impensable y aunque los humanos

seamos los últimos monos del cotarro ¿sería mucho

pedir, digo yo, de momento, un simple día sin

políticos?

José Francisco Sánchez Beltrán