Opinión

Fortalecer el canarismo desde Lanzarote y La Graciosa

El pasado fin de semana celebrábamos en Las Palmas de Gran Canaria el V Congreso Nacional de Nueva Canarias. Por vez primera en los 17 años de vida de nuestra formación,  Lanzarote y La Graciosa cuentan con un verdadero peso en los máximos órganos nacionales, el Tagoror (Ejecutiva) y Sábor (Asamblea General).

Desde que empecé mi andadura política con Nueva Canarias, lo he tenido claro: Lanzarote y La Graciosa necesitan una opción canarista, con perfiles comprometidos que hagan frente a los
efectos socioeconómicos y sociosanitarios resultados de la pandemia como el desempleo, la salud mental, atención domiciliaria, soledad no deseada, mejoras sanitarias, reforzamiento del
tercer sector, etc. Una organización donde dejen autonomía para trabajar según la realidad insular y municipal, pero sin renunciar a un proyecto de país común donde impere la toma de
decisiones estrictamente canaria.

Durante los últimos dos años Nueva Canarias ha realizado una apuesta firme por fortalecer la organización en Lanzarote, dando total confianza al grupo humano que hemos ido tejiendo en
cada comité local y secretaría insular. Soy consciente de que existen muchas dificultades para que los ciudadanos confien en un proyecto o en una organización política, y ya no digamos en
intentar convencer a alguien para que participe en calidad de militante. Es normal, durante décadas nuestra isla (para mí, la isla más politizada del archipiélago) ha vivido numerosos
episodios de corrupción, transfuguismo, inactividad y falta de unión parlamentaria, que han generado una autentica frustración social en contra de la actividad política y los políticos,
donde la sensación generalizada es que existe una élite de cargos públicos que buscan una remuneración económica más que ejercer la actividad pública en pro del interés general.

Sin embargo, en Nueva Canarias Lanzarote nos hemos unido un grupo de personas honestas con vocación al servicio público que venimos del sector sanitario, de los servicios sociales o la
educación. Un grupo humano de mujeres y hombres también descontentos con la práctica política lanzaroteña, que damos un paso al frente para construir un proyecto donde el cuidado
de las personas esté en el centro de la acción política. Cuidar, esa es la principal idea que propulsa nuestras propuestas.

En lo que coincidimos y estamos completamente seguros el equipo humano que comprende Nueva Canarias Lanzarote, es que el éxito de un proyecto político a nivel insular se basa en la
libertad de actuación. Desde que asumí la secretaría de bienestar en Lanzarote, junto al resto de compañeras y compañeros, hemos tenido total libertad para concretar citas y reuniones
con colectivos y asociaciones, sin ningún filtro o argumentario que nos dijese qué debemos decir. No solo eso, sino que, además, sin contar Nueva Canarias-Lanzarote con ningún
parlamentario en el Parlamento de Canarias, hemos tenido un fuerte apoyo del grupo parlamentario para elevar nuestras propuestas a nivel autonómico, como son, por ejemplo, la
Zona Básica de Salud Arrecife III, la Subunidad de Salud Mental, o el tercer helicóptero medicalizado para el eje oriental.

Hasta hace poco más de un año la organización sólo contaba con el comité local de Arrecife, donde nuestro único cargo público, Armando Santana, ha venido desempeñando un gran
trabajo como concejal de comercio y turismo en el grupo de gobierno del ayuntamiento, así como toda su Asamblea Local. Gracias a un gran esfuerzo orgánico de análisis, estrategia, organización y captación, en la actualidad fortalecemos el proyecto insular con el Comité Local de San Bartolomé, Haría, Teguise y, en breve, Tías.

El resultado de todo lo anterior es que Nueva Canarias Lanzarote empieza a ser un actor clave en el nuevo ciclo político que se inicia, dentro del espacio canarista y como fuerza de gobierno.

Así lo corrobora la macro encuesta realizada por el periódico Canarias7, que refleja un resultado para nuestra organización de dos consejeros al Cabildo Insular de Lanzarote y un
parlamentario por la circunscripción insular al Parlamento de Canarias. Aunque es una foto del momento y debemos ser prudentes, sin duda es un aliciente para seguir en el camino marcado y sumando a “gente que se mueva por la gente”.

Por último, no quiero cerrar este artículo sin mencionar que fortalecer el canarismo en Lanzarote y La Graciosa y, en definitiva, en todo el estado, requiere de asumir la democracia
como forma sustancial de la actividad política. Se trata, ni más ni menos, de ser conscientes que los cargos públicos y las organizaciones deben dar ejemplo con sus acciones; ser
vanguardia de las actitudes cívicas y públicas. Por ello, hoy, en este artículo, quiero dejar por escrito que creo en un canarismo que sea muro de contención de aquellos que desean
cercenar los derechos y las libertades de nuestro pueblo; que quieren retrotraernos al pasado donde Canarias era una mera provincia más, una región de su única e inviolable España. No, no daremos oxigeno a fuerzas de extrema derecha ni a nivel local, insular, ni autonómico. Allá esos canaristas o nacionalistas que juegan a la ambigüedad. Por mi parte, ninguna broma
sobre esto.

Una Isla-Hogar tiene que tener como principal misión cuidar a la persona a través del fortalecimiento de los servicios públicos, de los pilares del Estado de Bienestar. Pero, como la
política es una actividad estrictamente humana, debemos construir sociedades libres, donde quepan todos y todas, da igual su identidad sexual, su color de piel, su nacionalidad o lengua.
La isla en la que deseo que mi hijo se críe tiene una forma de corazón verde: verde esperanza que late con unas raíces profundamente democráticas.

Yoné Caraballo, Secretario Insular de Bienestar en Nueva Canarias Lanzarote.