Opinión

¿Feliz Covidad?

Empezamos el mes de diciembre de 2021 con una receta perfecta que combinaba los mejores ingredientes para darle al virus su mejor sabor, pues se unen puentes, vacaciones, fechas para reunirse, muchas comidas de empresa -parece exagerado pero concurren más cenas de empresas que propias empresas en nuestro país-, que junto con el frío y la lluvia suponen la mejor de las delicias.

Encender la televisión, navegar por cualquier red social o simplemente pasear por la calle, y pareciera que el mundo tiene las horas contadas. Visionar “noticias” cuyas primeras líneas sean,  “UCIS colapsadas”, “triple de contagios”, “la nueva variante Omicron es más contagiosa” y un largo etcétera es a lo que hemos estado expuestos en las últimas semanas.

Esta  avalancha de titulares apocalípticos de los medios de comunicación a modo de campaña despiadada para sacar rédito de esta situación colmando de preocupación y alarmismo a la fustigada ciudadanía de un forma rancia es sin duda cualquier cosa menos información. Leer portadas de periódicos, o titulares tales como “España llega a la Navidad con el triple de contagios de hace un año”, generan en la sociedad un interés dimensionado, un miedo inusitado, un desasosiego y una intranquilidad paralizante fruto de informaciones incompletas. Y no es que se trate de titulares falsos, sino de contenido inconcluso, dado que nuestro país registraba las primeras semanas de 2021 el triple de contagiados que en 2020, pero con una gran diferencia, con un 41% menos de ingresados por COVID. Esta tendencia descendente se extrapolan a los casos en pacientes ingresados en UCI COVID, y en número de fallecidos por la enfermedad, también reducidos. ¿Y no me dirán que el titular antes indicado con las últimas referencias señaladas no tendría otra lectura?

¿Y a qué se debe? Pues no es porque las urgencias de los hospitales solamente están saturadas con motivo de la Navidad, también contribuye la falta de rastreadores, de personal que era aplaudido a las ocho de la tarde todos los días, y que en su mayoría, han sido despedidos, y un control eficaz y exhaustivo sobre los contagios. Aunque sin desmarcarnos de la cuestión, la respuesta la hallamos en la población vacunada, y es que en las primeras semanas del mes de diciembre del año 2020 los índices de vacunación eran inexistentes, y en la mismas semanas un año después son del 87%.

Tampoco tenemos conocimiento respecto de otra pandemia parelela, y es que nadie nos dice  que mientras  ayer se ha contabilizado un fallecimiento por la nueva variante de Omicron, eran 11 personas las que decidieron suicidarse. Desde comienzos del COVID hasta ahora el aumento en la cifra de suicidios es superior a toda la muertes por COVID. Y aunque haya entrado en vigor el número de atención para personas con ideas suicidas, todavía queda mucho por hacer en esta materia.

La generalidad estamos exhaustos de esta situación, todos y todas tenemos ganas de acabar y poner punto y final a este cautiverio que nos está tocando vivir (y/o sufrir), por ello es necesario ver el progreso y lo positivo que ha traído consigo la implementación de la vacunación en la población, así como otras medidas profilácticas que ayuden a la contención del virus. Razón suficiente para que los medios de comunicación no sesgen datos para manipular a la población, sino transmitan tranquilidad y titulares completos y cargados de información, -aunque claro no es rentable-.

 

Nuevas medidas a partir del 24 de diciembre de 2021

En esta semana tuvo lugar la Conferencia de Presidentes donde se reunían los diferentes mandatarios de las distintas Comunidades Autónomas para poner en común preocupaciones y soluciones que permitieran abordar el incremento de casos por COVID a través del lanzamiento de un paquete de medidas, para mi gusto, desmesuradas e incomprensibles , a fin de contener el bicho a la mayor brevedad.

¿Somos responsables de que no se hayan fortalecido suficientemente los hospitales en estos dos años de pandemia? ¡Qué cachondeo!

Nos enfrentamos a la sexta ola y me da la sensación de que los medios que tenemos a nuestro alcance para frenarla son idénticos de los que disponía el sistema hace dos años. Las restricciones buscaban que no se colapsara el sistema sanitario, pero parece que no servido de mucho .Hubiese preferido que se contratara a más servidores sanitarios, y no obligar a la ciudadanía a llevar mascarillas por la calle una vez más. Somos nosotros quienes cuando hemos debido estar distanciados de nuestros amigos y familiares, lo hemos hecho; somos nosotros quienes cuando tuvimos que vacunarnos, lo hicimos; somos nosotros quienes cuando tuvimos que guardar meses de cuarentena, cumplimos.

Por tanto son ellos, los gobernantes, los representantes que se niegan al uso del pasaporte COVID para acceder al Congreso de los Diputados por resultar innecesario y por vulnerar sus derechos fundamentales- que parecen no ser los mismos que los del resto de los mortales españoles- los que deben tomar medidas serias y a la altura de las circunstancias, son a ellos a los que les toca cumplir.