Lejos quedan las entrevistas en medios de comunicación local y regional donde Don Felipe pontificaba sobre la legalidad de todas las ilegalidades que se cometían en Lanzarote. Lejos quedan los años en donde contar la verdad de Don Felipe suponía el secuestro de una publicación (como le sucedió a Cuadernos del Sureste y su artículo de 2003: “El secretario: el quinto poder”). Aún más lejos queda su carrera de secretario, rota por una incompatibilidad manifiesta y sonrojante, al defender a clientes privados mientras ejercía de secretario. Lejos queda hoy esa sensación de máxima impunidad con la que Don Felipe se movió en la isla durante más de 4 décadas.
Pero lo cierto, es que el coste social que se está pagando por un personaje que ya ha pasado a la historia más triste de Lanzarote es alto, incluso a fecha de hoy. Sí, es cierto, don Felipe está condenado por los delitos de: “fraude, cohecho, revelación de secretos e infidelidad en la custodia de documentos”. Hablando en plata, por casi todos los delitos de corrupción que se le pueden aplicar a un secretario municipal.
Ahora cuando todo parece tan lejano es cuando más inverosímil cuesta entender cómo un hombre de estas “cualidades” tuvo en su haber tanto poder y responsabilidad. Y cómo le contrataron para defender, en su faceta de abogado, a nuestras instituciones públicas, con nefasto resultado para las mismas.
Aunque es cierto que este Secretario de Tercera a su llegada a nuestra isla en los 80 confundiera a la sociedad, el paso de las décadas hizo cada vez más evidente, a qué se dedicaba este hombre.
Cómo fue posible que mientras Don Felipe fuera investigado e imputado por los delitos por los que ahora se le condena, se le contrata por parte del Partido Popular, abogado de la defensa del Ayuntamiento de Arrecife en el caso del solar del Ginory y del Islote del Francés. Dos sonoras derrotas de las que hoy todavía seguimos pagando los arrecifeños sus consecuencias. Encima cuando ya había sido expulsado de la secretaria municipal por incompatibilidad.
Felipe Fernández Camero perdió el pleito del Ginory. Un solar que nunca existió y que le costará al municipio de Arrecife más de 40 millones de euros en una indemnización de alucinar. ¿Cómo es posible que un hombre que se traicionó a sí mismo en el ejercicio de las funciones como secretario, fuera el que debía defender los derechos del municipio al que tan diligentemente saqueaba?
Ahora nos parece aún más alucinante que por perder este procedimiento tuviera un contrato menor de 18 mil euros y que acabara cobrando casi 300 mil. Caso aparte merece el papel de la fiscalía en Lanzarote, que cuando le pusieron en conocimiento el extraño proceder, miró para otro lado de manera triste.
Don Felipe, su figura, sus ataques al PIOL, sus cínicas entrevistas, los casos de corrupción en los que, de una manera u otra está siempre presente en la isla, merecen un estudio pormenorizado. Porque si Manrique representó el sueño de los lanzaroteños, Felipe es la imagen viva de la pesadilla de una isla que no pudo controlar su territorio y su futuro, debido a una persona que hoy carga con una sentencia que a casi nadie sorprende.
Cristina Duque Ramírez. Concejala del PSOE en el Ayuntamiento de Arrecife