Opinión

Estupefactos, cabreados y doloridos

Desde las islas mal llamadas menores o periféricas, seguimos asistiendo, día a día, a la historia interminable de lo que ellos -las islas también mal llamadas "grandes"- denominan el "pleito insular" y que en el fondo no es ...


Desde las islas mal llamadas menores o periféricas, seguimos asistiendo, día a día, a la historia interminable de lo que ellos -las islas también mal llamadas "grandes"- denominan el "pleito insular" y que en el fondo no es ...

Desde las islas mal llamadas menores o periféricas, seguimos asistiendo, día a día, a la historia interminable de lo que ellos -las islas también mal llamadas "grandes"- denominan el "pleito insular" y que en el fondo no es nada más sino el ansia hegemónica de ambas a la hora de repartirse el "pastel" de las inversiones del Gobierno canario, basándose en rencillas absurdas e insolidarias, donde pudiera llegar a medirse si el monto total de kilómetros de carreteras pueda tener una longitud de más de un centímetro a favor de Gran Canaria o de Tenerife, olvidándose palmariamente del resto de islas que conforman este teórico Archipiélago, que tienen que conformarse con las migajas que anualmente reparten en los presupuestos que se elaboran. Ahora son las organizaciones empresariales las protagonistas, como pudiera haberlo sido cualquier otra majadería al uso que utilizan como habitual boomerang, de ida y vuelta, para curarse en salud con una justificación insolidaria y absolutamente egoísta. Desde las islas que no somos cabecera de ese término obsoleto y repudiable denominado "Provincia", tenemos que conformarnos con observar estupefactos, cabreados y doloridos, todo ésta increíble ceremonia de una confusión que dura tanto como ha durado y sigue durando esa totalmente injusta división entre "grandes y pequeños", que nos ha venido castigando ¡y lo que te rondaré morena! secularmente. Claro que asistimos de esta manera a la tal "ceremonia" porque, entre otras cosas, nuestros representantes políticos son y han sido incapaces de plantar cara y exigir una mínima justicia distributiva que compense de una vez por todas los desajustes y arbitrariedades con que nos han venido obsequiado siempre, unos porque de alguna forma ponen los huevos en el mismo nido de los partidos gobernantes a nivel del Gobierno canario, otros porque son minoría y otros por simple dejadez e incompetencia. Ya es hora de que las islas no ¿capitalinas? despierten de esa modorra letal que las invade y luchen abiertamente en favor de sus legítimos intereses, encima amenazados nueva y lamentablemente por ese nuevo ansia de "reparto" que, bajo el nombre eufemístico de "triple paridad", quiere despojarnos encima de una igualdad trabajosa y duramente lograda años ha. Ante este renovado ejercicio de soberbia del repudiable "pleito insular", las restantes islas de este poco afortunado Archipiélago, tienen que rebelarse contra tanta injusticia y tanta marginación, respondiendo al "divide y vencerás" con un "únete y ganaremos". Aquí en Lanzarote y Fuerteventura está clarísimo el camino, hay que lograr a toda costa la unidad total de ambas islas para convertirnos en la "tercera pata" en discordia de las islas y situarnos en pie de igualdad con las mal llamadas "grandes o grandullonas" y abusonas. Esto es lo que hay que hacer aquí, pero urgentemente, nunca había sido tan perentorio consolidar el objetivo del "Eje Oriental", nos va en ello la vida y el futuro. Y tengan por seguro que las restantes islas hermanas, con el mismo problema, ya despertarán y harán oír su voz.