Opinión

ESTAMOS INDIGNADOS

Los ciudadanos ya estamos hartos de partidos haciendo juegos de intereses particulares, intentando salir a las fotos y queriéndose llevar los méritos a su zurrón, y como caso patético el de CIU. Se está negociando la manera de ...

Los ciudadanos ya estamos hartos de partidos haciendo juegos de intereses particulares, intentando salir a las fotos y queriéndose llevar los méritos a su zurrón, y como caso patético el de CIU. Se está negociando la manera de autogestionarnos dentro de Cataluña y me gustaría ver más actitudes como la de ERC (queconste que no los voto) que me llega como verdaderamente digna y audaz, en contra de posturas posibilistas, encogidas e interesadas. Al PSOE lo hemos visto con un talante amable, pero sin negociar realmente porqu no se ha movido ni un milimetro de lo que se proponía de entrada, contradiciendo el compromiso de Zapatero de respetar el acuerdo del Parlamento catalán.

Por esto de la Vega, Ibarra, Bono, e incluso Piqué están satisfechos, porque nos han permitido un estatuto mejorque el anterior pero vergonzante tras 25 años de democracia. Si ni aceptan que somos una nación (¿son ellos quienes

deben permitírnoslo?), ¿como nos van a dejar tener una buena financiación que permita afrontar unas mínimas coberturas sociales para todos los que viven en Cataluña? La negociación es totalmente desigual, como siempre en este estado, porque el PSOE tiene la potestad de negar y, el actualmente roto, cuatripartito sólo puede retirar el estatuto y quedarse sin nada, de forma que el Gobierno ha forzado a PSC, ICV y CIU a aceptar el "máximo" posible. Otra vez los catalanes nos sentiremos menostenidos en esta España que figuraque tanto nos quiere y que no nos permite salir de ella amistosamente. Una España de la que la mitad

directamente nos odia, nos boicotea, nos atribuye egoísmos muy alejados de la realidad y inventa situaciones de persecución del castellano en casa nuestra; y la otra mitad de España no piensa igual, pero calla y no es capaz de hacer aflorar el sentido común. Realmente, lo más positivo de este estatuto será que ha puesto cada cual en su lugar, ha sacado máscaras democráticas y ha desvelado que el talante tan de moda sirve para esquivar los verdaderos debates. ERC recoge la decepción que tenemos la mayoría de catalanes, pero tranquilos que ahora nos

bombardearán diciéndonos que tenemos que estar contentos porque no se podía exigir más y que era el máximo que España nos podía respetar.

Jordi Oriola i Folch