Opinión

La España en la que creemos es feminista, libre y sin miedo

El 25 de noviembre alzamos la voz para recordar a todas las mujeres que ya no están con nosotras, a las que la violencia machista les arrebató la vida. También levantamos la voz por aquellas que aún luchan cada día, atrapadas en un miedo que las silencia, las aísla, y las aparta de su derecho a vivir libres. En este día, reafirmamos nuestro compromiso de construir una España donde no tenga cabida la violencia de género, donde cada mujer pueda vivir sin miedo. Un compromiso que debe estar presente en cada una de nuestras políticas.

A pesar de los avances logrados en los últimos años, los datos siguen siendo estremecedores: más de 50 mujeres han sido asesinadas este año por sus parejas o exparejas. Más de 50 vidas rotas, más de 50 familias desgarradas. Estas cifras no son números: son historias, sueños truncados, ausencias que jamás podrán ser reparadas. Cada mujer que sufre violencia es un recordatorio de que aún tenemos mucho camino por recorrer.

Desde las instituciones se han dado pasos firmes. La inversión en políticas contra la violencia machista se ha incrementado de manera histórica, fortaleciendo redes de apoyo y sistemas de protección. Pero no podemos quedarnos ahí. Ninguna acción institucional será suficiente si como sociedad no nos implicamos, si no transformamos nuestras propias actitudes y si no luchamos juntas por un cambio profundo.

La violencia de género no surge de la nada. Tiene sus raíces en una cultura de desigualdad que perpetúa roles de poder, humilla, y margina. No empieza con un golpe: empieza con el desprecio, con el control y con la negación de oportunidades. Por eso, la lucha contra esta violencia no puede limitarse a reaccionar ante la tragedia; debemos actuar antes, desde la educación, desde el respeto, desde el reconocimiento pleno de la igualdad. Debemos trabajar para que nuestras niñas crezcan sabiendo que no tienen límites y que nadie puede arrebatarles su libertad.

Hoy, quiero dirigirme a las mujeres. A todas. A las que resisten, a las que luchan en silencio, a las que no encuentran aún la fuerza para dar el paso. Quiero decirles que no están solas. Que somos muchas las que estamos aquí, para sostenerlas, para escucharlas, para caminar a su lado. La sororidad, que no es otra cosa que el apoyo y la unidad entre nosotras, es nuestra mayor fortaleza, porque juntas somos capaces de transformar el miedo en esperanza y la esperanza en acción.

En el 25N, recordamos a las que nos faltan, pero también celebramos la valentía de todas las que han roto sus cadenas. Honremos su lucha. Que su ejemplo nos inspire a seguir avanzando hacia una sociedad donde ninguna mujer tenga que vivir con miedo, donde cada paso que demos sea un paso hacia la libertad.

La España en la que creemos es feminista, libre y sin miedo. No es un ideal lejano, es una meta en la que avanzamos día a día. Si seguimos trabajando juntas, si seguimos denunciando, educando, apoyando. Si seguimos mirando hacia adelante, unidas en esta causa que es de todas y para todas. Porque cuando una mujer avanza, avanzamos todas.