Tantas idas y venidas de arquitectos de afamada reputación pareciera que de alguna manera nos están atrapando para que perdamos la noción de las cosas que en Arrecife están ocurriendo con la que, al decir de los expertos, es la ...
Tantas idas y venidas de arquitectos de afamada reputación pareciera que de alguna manera nos están atrapando para que perdamos la noción de las cosas que en Arrecife están ocurriendo con la que, al decir de los expertos, es la más delicada y bonita de las marinas de Canarias.
Se discute, y mucho, de iconos, de Calatravas y de un tal Herzog, que al parecer y por boquita del alcalde, es lo más de los más en arquitectura, y nos hemos olvidado que aquí en Lanzarote hemos tenido el mejor, el mas afamado y el mas premiado de los expertos en el tratamiento de la ocupación de los espacios en la naturaleza y además era conejero: Cesar Manrique.
Sí, parece que nos hemos olvidado de quién nos puso por un momento en primera línea de la moderna arquitectura en relación con el paisaje, eso que terminaría en llamarse mas tarde arte-naturaleza.
Un personaje, nuestro César, sí, nuestro, porque es y será parte de Lanzarote. Ver la isla. Su arquitectura tradicional, sus paisajes? Ver Jameos o el Jardín de Cactus es ver a César, pero también sentir la rabia de la gente del pueblo llana y sencilla, por el daño causado a la isla por tanto mediocre metido a experto en urbanismo, o por ver a politicuchos codearse con grandes urbanistas tratando de aparentar lo que no son, es también la rabia de César. Rabia que da ver a un alcalde que parece más un capataz de obra de una gran constructora que un vigilante de los intereses públicos.
Lo que demuestra con tanto paseo cogido de la mano de un empresario es que le importa más lo que pueda obtener éste, que lo que pueda querer el ciudadano de Arrecife. ¿Con cuántos vecinos ha recorrido el islote para conversar sobre lo que éstos desean en ese espacio de litoral?
No olvido que este islote tiene su propietario, pero, y es un pero muy importante, hay que saber que este terreno pertenece a Arrecife y a sus ciudadanos, y deberían ser éstos, a través de sus legítimos representantes o de forma directa por consulta popular, los que decidan qué es lo que mas les interesa que se construya en su marina; un concurso de ideas a nivel internacional podría ser una posible solución.
Este alcalde que se ocupa y preocupa de solucionar el futuro de un islote y de un empresario, mostrándonos a lumbreras de la moderna arquitectura cual si fueran santos en procesión, se olvida y de qué manera, que al otro lado de la marina existe otro islote, el de la Fermina o del amor, que está terminado con una obra del genial Cesar Manrique y que por incompetencia política se nos cae, después de haber invertido una importante suma de dinero público.
Al parecer, y viendo a un alcalde preocupado por las propiedades privadas, tendríamos que recordar también que una construcción importante dentro de la ciudad son los aljibes de los cuarteles o sus maretas, creo recordar propiedad en estos momentos del Cabildo Insular, y de aquel concurso de ideas que se llevó a término para la realización de un gran proyecto cultural, que sería el momento de recuperar y poner en funcionamiento. Demos vida a lo que ya tenemos y además es público.
¿A qué se debe tanta tardanza e incompetencia a la hora de administrar lo que es de todos y tanta actividad y esmero para un bien privado?
Con respecto a los aljibes de los cuarteles, quisiera dejar una nota al margen: en estos momentos que se diseña la ampliación de la circunvalación, ésta afectará a estos aljibes. ¿Han tenido en cuenta tanto el Cabildo como el Ayuntamiento los posibles daños que pudiera ocasionar a esta obra singular la ampliación de la circunvalación?
Esperemos que este alcalde tan solícito por el bien ajeno, mire también lo que tiene delante de sus ojos: obras públicas que se nos vienen al suelo.