Opinión

Don Antonio Álvarez (I?)

Por Lorenzo Lemaur Elguinaguaria, nido del cisne (etapa II)Don Antonio Álvarez (I?) (el hombre necesario, discreto)De don Antonio Álvarez Rodríguez he oído hablar muchas veces, cuando se habla de cosas del Cabildo Insular de los ...

Por Lorenzo Lemaur
Elguinaguaria, nido del cisne (etapa II)Don Antonio Álvarez (I?) (el hombre necesario, discreto)De don Antonio Álvarez Rodríguez he oído hablar muchas veces, cuando se habla de cosas del Cabildo Insular de los ...

Elguinaguaria, nido del cisne (etapa II)

Don Antonio Álvarez (I?)

(el hombre necesario, discreto)

De don Antonio Álvarez Rodríguez he oído hablar muchas veces, cuando se habla de cosas del Cabildo Insular de los años 60 y 70 del pasado siglo XX. Yo lo recuerdo vagamente. Sé que era el padre de Daniel Álvarez, "la sueca", que estudió conmigo todo el bachiller, muy amigo de Carlos Manrique Matallana, con quien en más de un curso compartí pupitre por la cercanía de las iníciales de nuestros apellidos (Lemaur y Manrique).

Oír hablar de don Antonio ha venido despertando en mí mucha curiosidad y cierta admiración, aunque poco, casi nada, sabía de él. Así que me puse a indagar.

Hablé con varios amigos que sabía que le habían conocido por una u otra razón y quedé con ellos para que me contaran de él, pero mientras, impaciente, acudí al libro "Actas de Constitución del Excmo. Cabildo Insular de Lanzarote", editado en 1988, con motivo del 75 aniversario de la constitución de los cabildos insulares en Canarias. Se dice en el prólogo del libro que "Los Cabildos de las Islas aguardaron para constituirse a que estuvieran nombrados los Delegados del Gobierno en cada una de ellas. Esto determinó que fuese el día 16 de marzo de 1913 el fijado para las distintas Corporaciones ? con excepción de la del Hierro ? quedaran instaladas.".

Pues bien, en el citado libro se constata que don Antonio Álvarez tomó posesión como consejero del Cabildo Insular el día 1 de abril de 1961, cuando se constituyó la Corporación que comenzó a presidir José Ramírez Cerdá. En el mismo acta consta que "el Señor Secretario, da lectura a las Resoluciones de la Presidencia,?, por la que se designa Vice-Presidente a Don Antonio Álvarez Rodríguez, y componentes de las Comisiones Informativas a los Señores siguientes: Educación, Deportes y Turismo: Don Antonio Álvarez Rodríguez y don Ginés de la Hoz Gil. Hacienda y Economía: Don Antonio Álvarez Rodríguez y don Agustín Lasso de la Torre."

Por otro lado, también figura que para Vocales de la Junta Administradora del Arbitrio de Importación y Exportación de Mercancías, se nombra a don Antonio Álvarez Rodríguez y don Agustín García Márquez.

Don Antonio Álvarez fue consejero y vicepresidente del Cabildo Insular hasta el día 1 de abril de 1974, fecha en la toma posesión una nueva Corporación presidida por Francisco Gómez Ruiz. Trece años justos permaneció don Antonio Álvarez en el Cabildo. Durante ellos, a decir de todos con los que he podido hablar, fue siempre un hombre clave, a la vez que muy discreto para las muchas actuaciones y tantos aciertos que el Cabildo Insular de Lanzarote realizó y desarrolló durante ese tiempo, bajo la presidencia de José Ramírez Cerdá.

Me cuentan que don José Ramírez, don Antonio Álvarez y don Ginés de la Hoz estaban en todo momento ocupados, preocupados, atentos a propiciar el avance y el desarrollo del nuevo Lanzarote que se estaba construyendo. Un botón de muestra es su presencia discreta, en una esquina, junto a Heraclio Niz (Pollo de Arrecife), que era entonces Jefe de la Policía Municipal, hablando distendidamente con don Ginés de la Hoz (alcalde de Arrecife) y don Manuel Díaz Rijo (promotor de la iniciativa), mientras los demás posan muy bien colocados en la foto hecha en 1964 a la llegada al muelle de Los Mármoles de la primera potabilizadora de agua del mar. Momento histórico, como pocos, al menos para bien, de nuestra isla de Lanzarote.

P.D.: Con toda la razón del mundo, algunas personas me han dicho que echaron en falta una cita para don Manuel Díaz Rijo en la serie"¡Arrecife, ingrata!" Soy consciente de que la omisión debe ser llamativa, pero no supone un olvido. Solo supone que aún no he podido informarme todo lo necesariopara poder referirme a él con la suficiente justicia. Aún no me atrevo a escribir de don Manuel Díaz Rijo pero, lo haré.