Opinión

Difícil encrucijada para los socialistas

Los socialistas de todo el país están divididos. Digan lo que digan sus órganos de máxima representación, Ferraz y Moncloa, existe un debate interno más que fuerte por la repercusión política que va a tener el apoyo total y ...


Los socialistas de todo el país están divididos. Digan lo que digan sus órganos de máxima representación, Ferraz y Moncloa, existe un debate interno más que fuerte por la repercusión política que va a tener el apoyo total y ...

Los socialistas de todo el país están divididos. Digan lo que digan sus órganos de máxima representación, Ferraz y Moncloa, existe un debate interno más que fuerte por la repercusión política que va a tener el apoyo total y absoluto de José Luis Rodríguez Zapatero a la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña. El problema principal es que el presidente del Gobierno se tuvo que desdecir de lo expuesto al inicio del debate sobre el espinoso asunto, desdiciéndose posteriormente de lo desdicho. Es decir, que se ha visto que ni él ni sus asesores lo tienen muy claro.

No hace falta hacer ningún tipo de encuesta para saber que la mayoría de los españoles rechaza de plano cualquier intento de independentismo, tanto si es radical como si es moderado. El Estatuto de Autonomía de Cataluña es en sus fundamentos generales una apuesta seria y decidida por disgregar a la Comunidad Autónoma que se supone que cuenta con el mayor potencial económico -es un tema muy discutible- del resto, creando una autonomía que conduciría irremisiblemente a un cambio de la Constitución que perjudicaría a las comunidades autónomas menos desarrolladas. Eso lo tiene claro todo el mundo. ¿Qué ocurre en Canarias?

En Canarias está pasando que nadie, o casi nadie, se atreve a pronunciarse abiertamente sobre el tema. Resulta muy impopular manifestarse a favor de la intentona de los catalanes, que seguramente será tumbada en las Cortes Generales si es cierto que la mayoría socialista no está dispuesta a transigir con determinados tramos de la reforma. El único valiente que lo ha hecho hasta ahora, tal vez porque suele tener las ideas muy claras y porque suele ir por libre, ha sido el presidente del Partido Socialista Canario (PSC), Jerónimo Saavedra, quien, sin tapujos, explica en una entrevista que publica hoy este diario que está de acuerdo con la mayoría de las cosas de las que se exponen en la reforma. Dice Saavedra que el Partido Popular (PP) está aprovechando la ocasión para crear una alarma innecesaria, porque de momento se está en una fase muy inicial que tiene un largo recorrido por el Congreso y por el Senado. Tiene razón en eso, en que todavía no se ha dicho y escrito la última palabra, pero no tiene razón en que la alarma sea innecesaria o excesiva. De hecho, el tema preocupa a todos los españoles, también a los canarios, sobre todo porque nadie está dispuesto a que existan privilegios para unas comunidades en perjuicio de otras. Todos, incluyendo los canarios, queremos mayor nivel de autogobierno y mayor cantidad de inversión, pero sabemos que no es fácil hacer el encaje cuando otras dieciséis comunidades y dos ciudades autónomas -en estos momentos asediadas por el terrible problema de la inmigración irregular- también tienen necesidades y también quieren llevarse el mejor pedazo del pastel común.

Es complicado ponerse ahora en el pellejo de los socialistas. No lo tienen fácil, desde luego. Al menos queda claro, eso sí, que de adelanto de las elecciones nada de nada. Sólo se habría producido ese adelanto si no se hubiera aprobado en Cataluña la reforma estatutaria. En el PSOE, que saben mucho de estadísticas, de campañas de imagen y de política, lo tienen muy claro: hay que volver a recuperar el terreno perdido.