Opinión

Daniel Jordán

Ayer visité la exposición que hay en El Almacén de Daniel Jordán, creador que desconocía. Hacía mucho tiempo que algo no me conmovía. En ese ámbito del arte; o en esas formas de expresar el arte. Yo, que vivo en permanente asombro, fui sorprendido y asombrado. Bueno, nada más que decir; solo que al instante me recordó algo que había escrito hace tiempo. Y que repito aquí.

¿Cuando dejamos de mirar las sombras y rechazamos el susto? Cuanto más aprendo de la vida como uno, como especie y como especie de especies, más vulnerable me siento. Y eso hace el juego cada día apasionante. Y cuando digo aprendo, digo aprender a desaprender todo lo aprendido. Esfuerzo inútil, pero que tiene la recompensa de abrir espacios nuevos, impensables ?Y colocar esta última palabra está muy pensado?.

Y lo aprendido es un velo sobre un miedo detrás de otro miedo y detrás de otro y otro. Y una coraza detrás de otra coraza detrás de otra coraza, cubriendo los sentimientos masacrados. Descorrer los velos como cuando de niños entrábamos en una casa en ruinas. Aterrados e imparables. Volver a sentirlo todo entre sombras inquietantes a cambio de nada o, como mucho, un susto.

Levantarse cada mañana para morir y acostarse cada noche para morir. Y fracasar cada día y cada noche en ese intento es épico. Y ese fracaso y no otra cosa es la vida. Hasta la tierra cada tiempo cambia su polo magnético.